Política

¿Quién paga los cambios cada trienio?

  • Columna de Francisco Trejo
  • ¿Quién paga los cambios cada trienio?
  • Francisco Trejo

Cada tres años, en los distintos municipios del País, se hace una especie de borrón y cuenta nueva sin importar que se trate de gobiernos emanados del mismo partido político, aquí es, muera el Rey viva el Rey.

Lo mismo sucede en el ámbito Estatal y Federal, cuando se da el cambio de mandamás, no sólo los cargos o puestos importantes en las distintas carteras de las diferentes Administraciones Públicas, también existen cambios en funcionarios de niveles inferiores.

¿Pero, en realidad son necesarios? ¿Cuántos cambios se realizan por colocar al amigo, compadre y fundamentalmente por cubrir la cuota del partido que representan?, la respuesta: muchos; evidentemente en la mayoría de los casos no existe justificación.

¿Cuánto le cuestan al erario público los despidos de cientos y en ocasiones miles de funcionarios de todos los niveles cada cambio de Administración?, los montos que estas liquidaciones generan son en verdad millonarios.

Asimismo cuando existen demandas laborales en donde la gran mayoría de los trabajadores ganan los juicios, el monto a cubrir se incrementa sustancialmente en perjuicio de las arcas públicas, pues es dinero de la sociedad, que se tira por prácticas recurrentes viciadas.

Pero no sólo se trata de hacer cambios de personal y funcionarios, el problema se agudiza cuando se tiene la perspectiva que todo lo que al antecesor realizó es malo y se debe desaparecer en lo posible, incluyendo obras que se dejan pendientes.

La actitud de nuestros políticos en el país debe cambiar, no se puede afirmar que todo lo realizado en el pasado está mal hecho y que hay necesidad de cambiarlo o dejarlo de hacer y lo más grave a costa de la ciudadanía, como siempre.

Existen absurdos tan vergonzosos, que retratan de cuerpo entero a los políticos, sin importar partidos, que con protagonismos estériles pintan literalmente de determinado color la obra pública, colores que son afines al Instituto Político al que pertenezcan y el problema y el absurdo, toma dimensiones de reclamo, de altos decibeles, cuando el que llega lo vuelve a pintar.

Los políticos se pierden en el halago y reaccionan de diferente forma, algunos son soberbios, agresivos, déspotas, intransigentes y hay quienes aunque lo duden, tienen todo eso y más y ven el ejercicio de Gobierno, como si se tratara de un negocio propio, con las consecuencias que esto implica.

Existen anécdotas en todas partes, que si bien generan risas, también nos obligan a la condena y nos molesta, como el caso del presidente municipal de un pequeño municipio en el sur del país, que fue Alcalde 3 ocasiones y en cada una de ellas le puso su nombre a la misma calle, porque el que llegaba se lo cambiaba.

Existen otros rubros, dentro del ejercicio gubernamental, que igualmente sufren modificaciones radicales de un período a otro, algunos programas se cambian de nombre pero siguen siendo los mismos.

Los líderes de colonias que simpatizaron con determinada administración o partido, son castigados y se trabaja por parte de la autoridad para quitarles ese liderazgo, que finalmente ocupará quien sea más afín a los intereses en turno.

Si cierta zona se desarrolló de forma importante, se buscan obstáculos, de licencias y permisos para que no continúen funcionando, así tenemos que giros específicos se ven afectados por "los nuevos gobiernos".

Pero estas prácticas viciadas tan lamentables no son exclusivas de determinado partido político, por desgracia son todos y lo únicos que padecen estos caprichos y berrinches somos los ciudadanos.

También habrá que decir, que ya existen en muchos municipios Planes de desarrollo, que permiten y obligan a darle continuidad precisamente al desarrollo, sin embrago, se les busca pretextos y si bien no se generan cambios drásticos, poco se les apoya.

En el tema de la seguridad, los cambios deben darse con mucho cuidado, todos los rubros lo requieren, pero la seguridad en particular debe ser analizada de forma diferente a fin de evitar fracturas internas que impactan a la ciudadanía negativamente.

¿Qué nos hace falta a los mexicanos, para asumir desde nuestras respectivas trincheras las obligaciones y derechos que nos toca cumplir y ejercer en forma responsable y honesta?

La corrupción y la impunidad en este país ha cobrado, sigue y por desgracia todo parece indicar seguirá cobrando facturas muy altas a la población de este país, cansada y desgastada pero al mismo tiempo inmóvil y pasiva.

No se trata de tomar las calles y salir a manifestarnos, mucho menos violentar un país que de este tema sabe y demasiado, se trata de tomar conciencia como habitante de un Municipio, Estado y Nación.

Ya basta de tirar dinero, quien se ponga las pilas y actué objetivamente, logrará el reconocimiento de la ciudadanía, hay que trabajar por todos, si existen errores de gobierno a corregirlos, pero no en perjuicio de la población.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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