Isao Tomita ha muerto. Falleció el 5 de mayo, aunque la noticia se hizo pública tres días después, ya que sus familiares decidieron llevar los funerales en privado.
¿Qué puedo decir de él? Que es uno de los personajes que más ha influenciado en mis gustos musicales. Escuchaba sus composiciones en Kimba y La Princesa Caballero, las caricaturas japonesas que yo veía en la tv cuando muy niño, antes de que alcanzara fama mundial como el gran intérprete de música electrónica.
Luego, a mis trece años compré mi primer disco suyo, pero tardé en darme cuenta que se trataba de la misma persona. ¿Cómo iba a saber que él era él?Como muchas personas de mi generación, por años identifiqué a Tomita como uno de los mejores intérpretes de música clásica en sintetizador.
Por años, solo supe de él lo que aparecía en la contraportada de uno de sus primeros discos editado en México: que siendo todavía estudiante comenzó a solicitársele música para series de televisión; que compuso el tema musical usado por los gimnastas japoneses en la Olimpiada de 1956; que su primer éxito masivo fue la música para la película de animación El Emperador de la Jungla (1965), del gran Osamú Tezuka, padre del manga y ánime modernos... Parece que para el joven músico no hay nada más promisorio que el futuro.
EL AUGURIO DEL RELÁMPAGO
Igual que mucha gente en todo el mundo, Isao Tomita quedó deslumbrado cuando en 1968 escuchó el álbum Bach Electrónico, de Walter Carlos, el cual constituye un verdadero parteaguas tanto en la música clásica como en la electrónica y en la cultura pop.
Sobre todo quedaba demostrada la calidad interpretativa que podía conseguirse con un instrumento de invención reciente, el sintetizador de Robert Moog.Por su cuenta y riesgo, Tomita viajó a los EUA para comprar al fabricante uno de sus aparatos.
Moog lo asesora acerca del mejor modelo para iniciarse en la música electrónica. Ya de regreso en Japón las autoridades aduanales retuvieron en sus bodegas ese sintetizador por más de un mes, pues no podían creer que se trataba de un instrumento musical.
Mientras en occidente Walter Carlos se consagra con la música que arregló y compuso para la película de Stanley Kubrick, Naranja Mecánica, Tomita publicó en 1972 su primer disco de música electrónica, titulado Switched in Rock, una desmañada serie de covers de canciones de los Beatles, Elvis Presley, Simon & Garfunkel entre otros.
El disco no es ningún logro artístico ni de ventas y aún hoy muy pocos de sus admiradores de este lado del mundo saben de su existencia. Se trató sin duda apenas de un titubeante acercamiento al nuevo medio de expresión.
Tomado las cosas con calma, adquirió más equipo Moog con el que hizo crecer su estudio doméstico y se concentró en dominar por completo sus instrumentos. En 1974 Tomita publicó dos trabajos nuevos.
Uno es un soundtrack para una película catastrofista en donde incorpora el sintetizador con instrumentos convencionales.El otro disco, lanzado muy poco después, contiene una selección de obras del músico francés Claude Debussy, interpretadas en sintetizador. Esta vez el éxito alcanzado es enorme, global.
Ese álbum titulado Los Copos de Nieve Están Bailando fue, con tres nominaciones, el primer disco japonés de la historia en concursar por premios Grammys. Más importante aún, logró un maravilloso sonido propio que lo diferencia de otros intérpretes de sintetizadores en el mundo.
Isao Tomita ya pudo sentirse orgulloso de haber conseguido un material de gran expresividad musical.