Los XIX juegos olímpicos del 12 al 27 de octubre de 1968, están en la historia por estos récords: fueron los primeros en América Latina, Enriqueta Basilio, fue la primer mujer que encendió el pebetero con la llama olímpica en el Estadio Olímpico Universitario de Ciudad Universitaria de la UNAM; México obtuvo nueve medallas –cantidad no superada hasta la fecha-, destacando la de oro de Felipe “Tibio” Muñoz, en natación, y la de plata de José “Sargento” Pedraza, en marcha.
Pero también la olimpiada del 68 pasa a la historia porque el “black power”, el “poder negro”, se hizo presente con los atletas norteamericanos de color Tommie Smith y John Wesley Carlos, quienes ganaron oro y bronce, respectivamente, en los 200 metros, al alzar el puño con guante negro en lo alto del podio al estárseles premiando; en señal de protesta por la violación a los derechos humanos en Estados Unidos; por lo que fueron expulsados de su delegación y condenados al ostracismo en su país.
Los XIX juegos olímpicos también son recordados porque sirvieron para proyectar a México en el mundo, como un país moderno, con futuro, con su gran civilización prehispánica y mexicana, su cultura y sus bellezas naturales y urbanas; atrayendo a millones de turistas y a cientos de inversionistas extranjeros.
Conseguir la sede de México para la olimpiada del 68, no fue fácil; pues el gobierno tardó 7 años en conseguirla, desde el primer intento en 1956 del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, el segundo intento del Presidente Adolfo López Mateos, en 1960; hasta que con su perseverancia él lo logro en 1963, gracias a su carisma personal y a su diplomacia; habiéndola inaugurado el Presidente Gustavo Díaz Ordaz, el 12 de octubre de 1968.
Para sufragar los gastos de la preparación de la olimpiada el gobierno federal impuso la tenencia, ese odioso impuesto por los vehículos, en 1963, en que se obtuvo la sede; prolongándose 44 años; y haciendo que los estados y hasta algunos municipios, siguieran ese mal ejemplo.
De 1968 a la fecha México ya es otro mejor país en todos los aspectos; y el deporte, no podía ser la excepción; pues hay más cantidad de deportes y más calidad de deportistas en espera de que se les respalde y se les dé la oportunidad necesaria para participar y engrandecer al país.
Hoy, México tiene mejor infraestructura y más recursos humanos en el deporte, que antes de 1968; por lo que debería de pensarse en la posibilidad de una próxima segunda olimpiada en México; para que las nuevas generaciones de mexicanos presencien una olimpiada en su país, como nosotros tuvimos la fortuna de presenciarla hace 50 años; máxime que a partir del próximo 1° de diciembre la Comisión Nacional del Deporte CONADE, estará a cargo de la gran corredora olímpica Ana Gabriela Guevara Espinoza.