Los que creen que las cosas están dichas, se equivocan. Estamos suspendidos en la espera para que el Triejal hable y pueda resultar que Pablo Lemus será el sucesor a la gubernatura o, en todo caso, declare que se repita la elección, como buscan los morenistas. Mientras siga el pleito no hay sucesor de Palacio de Gobierno hasta hoy, porque no sabemos si se querrá hospedar en Casa Jalisco.
Algo salió mal, mientras Pablo Lemus llega a decenas de reuniones para la transición jalisciense, llegaron dos mensajes capitalinos de relevancia. Uno donde desmintieron su reunión con parte del gabinete federal, ¿por qué mentiría? Y el otro, que no será recibido por la próxima presidenta de México hasta que las impugnaciones sean desahogadas. ¿Cómo quedó el flamante gobernador electo? Ahora es ganador despreciado y desmentido, y lo peor es que esto se puede extender por meses, mientras la planeación de la obra prioritaria sigue avanzando en otros estados y con otros gobernadores electos.
Pero, en estas cosas siempre hay alguien que puede aprovecharlo. Esa sin duda será la candidata de Morena a la gubernatura de Jalisco. Las palabras de la doctora Sheinbaum viajaron a la velocidad del rayo a Jalisco y se incrustaron en el discurso de Delgadillo. Por más que muchos le dijeron que ya era tiempo de sentarse, hoy más que nunca tiene un aire poderoso que esperaba, que no será otra estrategia que una ofensiva para reforzar la idea de fraude y repetición de elección.
Es claro que la elección ya fue, hubo un ganador, pero el proceso todavía no termina y por ahora tomó vida. Con razón, el tiempo es el mejor aliado de Morena, va a sobrellevarlo con ataques e insultos a Lemus, porque desde la CdMx no está reconocido como gobernador. Vimos que desde que inició la elección las guindas capitalinas mostraron un interés mayúsculo por ganar Jalisco. Desplegaron soldados de elite a nuestro estado, de la talla de Mario Delgado, próximo secretario de Educación; un entusiasmo legítimo por arrebatarle Jalisco a los naranjas.
Eso nos dice que en Morena nacional no soltarán Jalisco, caso contrario a como ocurrió en Guanajuato, que fue tanta la diferencia de votos que se dejó por la paz. Claudia Delgadillo sabe que se juega todo con la repetición de la elección y que atacar a los naranjas hará que salgan de la cueva de la comodidad, de la transición en la que van y muestren que en realidad sí están preocupados.
No habrá sido que los naranjas echaron campanas al aire demasiado pronto. No obstante, hemos visto desde el fin de la elección, cómo han desplegado, con muchas de sus huestes, la defensa de dos ideas. La primera y de mayor relevancia, que el pueblo de Jalisco decidió por ellos y se debe, a toda costa, ser un demócrata para respetar la voluntad del pueblo. La otra idea, que circula mucho, dice que los de Morena son los revoltosos y que por azares del destino eligieron Jalisco para armar sus zafarranchos.
Lo cierto es que los naranjas, a pesar de estar echados para adelante, pues vemos a Alfaro dando declaraciones como si estuviera a medio sexenio, no respondieron al desprecio de la doctora Sheinbaum, quien por cierto se adelantará dos meses en su camino de tomar el poder. Será que todo esto les juegue en contra y que ella –la doctora Sheinbaum - guarde un secreto que por tierras tapatías ni nos imaginamos.