En la prensa internacional hay también artículos optimistas con respecto al futuro de México. No muchos, pero los hay. Hace algunos días apareció en el portal de Bloomberg uno con el siguiente título: “¿Podría ser México la próxima Dinamarca?”. Firmaba un Tyler Cowen que se presenta como colaborador habitual de Bloomberg y profesor de economía en la Universidad George Mason, o sea que hay que tomarlo en serio —hasta cierto punto.
Desde luego, es posible que fuese una inserción pagada. Desde mucho antes que se hablase de la “posverdad” había la tradición de publicar “gacetillas”, textos de publicidad oficial que se hacían pasar como noticias: una entrevista con el secretario, una explicación de los méritos de una obra, lo que fuese. Todo el chiste estaba en que no se notase que aquello era pagado, y por eso fue un gesto revolucionario que un periódico publicara las gacetillas con otra tipografía —para que se notase. Insisto, podría haber sido una inserción pagada. En todo caso, la comparación es tan absurda que parece una broma. Pero por eso mismo el texto tiene interés.
En primer lugar llama la atención que la idea del título no tiene ningún fundamento, y no hay ni siquiera el intento de explicarla: igual se podría haber dicho que México podría ser la próxima Turquía o el próximo Mozambique. Las razones que aduce son pocas y poco convincentes. Primero, que el ingreso per cápita es relativamente alto. Segundo, que México está cerca de Estados Unidos, y tiene un tratado comercial (cosa que casi todos ya sabíamos). Tercero, que puede llegar mucho turismo de Estados Unidos (no lo dice, pero también puede no llegar). Y finalmente, que el crecimiento es muy lento, pero que también ha sido históricamente lento en países como Dinamarca. Ah, y que los latinos se asimilan muy pronto a la sociedad estadounidense, y habrá entre ellos quienes quieran hacer negocios con México.
Los razonamientos contra los escépticos son de los que se encuentran con frecuencia en los informes de empresas de consultoría, basados siempre en modelos y correlaciones estadísticas de aspecto muy científico. Es verdad que hay violencia, dice, grupos criminales que controlan parte del territorio, pero eso “se va a hacer más manejable”, porque a medida que “México se haga más rico, el gobierno podrá controlar mejor el territorio”. Detrás de la frase habrá muchos textos científicos, pero en los hechos el aumento de la riqueza se ha acompañado del aumento de la violencia, y no hay motivo para esperar otra cosa. Es verdad, dice, que hay corrupción, políticos irresponsables, pero “eso también se corregirá conforme aumente la capacidad del Estado” porque “hay una clase media que vota y espera algo a cambio de sus impuestos”. Seguramente tiene el respaldo de un modelo: crecimiento, clase media, democracia, exigencia cívica. El problema es que las cosas no suceden así en la práctica.
En resumen, dice que no importa que la economía no crezca, y que los problemas se resolverán cuando se resuelvan: como en Dinamarca. No sé si el profesor Cowen haya convencido a alguien, pero es la clase de ciencia que les gusta a los políticos, es decir, la que les da la razón.
Fernando Escalante Gonzalbo