Política

La herencia del 68: para mis hijos y nietos

  • Caleidoscopio
  • La herencia del 68: para mis hijos y nietos
  • Federico Ramos

Gerardo Moscoso, querido y admirado amigo de la Generación ‘62 de la Escuela Carlos Pereyra dice y se pregunta con un dejo de dolor muy evidente, en su artículo de hoy: ¿“De qué sirve pues la experiencia, la inteligencia, el talento, la solidaridad y el conocimiento...y un largo etcétera, si no cambiamos, si no construimos una sociedad más justa”. 


Sus palabras suenan fuerte en mi conciencia y en mi estado de ánimo, pues yo viví directamente esos eventos del 68 cuando era joven y porque soy parte de esa generación y hoy aprovecho la sacudida de la colaboración periodística de Gerardo para levantarme de mi cómodo sofá y mirar mi título universitario, como no lo había hecho en décadas, fechado el 9 de diciembre de ese trágico 1968, después de presentar un examen profesional lleno de trabas y zozobra el 10 de agosto, con la Universidad ocupada por el ejército mexicano. 


La verdad es que no dejo de lamentarme la atroz incapacidad de una generación, la mía, la de muchos y la de todos los ex-Pereyra 62, que somos responsables de una manera u otra de no haber podido cambiar nada, o casi nada, en favor de la justicia o del estado de derecho o del abatimiento de la desigualdad de nuestro pueblo, y sí de solapar o encubrir con nuestra pasividad y nuestro silencio las malas acciones de los gobernantes o de los poderosos. Sí, tal vez no nos demos cuenta de ello, porque la autocrítica es algo muy difícil de practicar, pero la historia nos está cobrando ya esas omisiones o esas acciones, quizás en la piel de nuestros hijos o nietos que no encuentran en México un lugar digno para vivir o por lo menos propicio para progresar sin violencia y sin miedo, y eso que somos de la parte más privilegiada de la población. ¿Cómo se sentirán los débiles, los marginados, los millones de jóvenes cuyo destino es no poder romper el círculo vicioso de la pobreza y circulan por la vida resignados a enfrentar un futuro con pocas oportunidades, o tal vez ninguna. Admiro el talento y las conductas en favor de la libertad y del progreso de muchísimas personas como Moscoso, pero seguiremos sin lograr algo si solo una minoría protesta en voz alta y miles, tal vez millones, protestamos solo en voz baja. 


Ojalá mis hijos y nietos conozcan bien la historia, de tal forma que no estén condenados a repetirla. 



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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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