Entre señales contradictorias y confusas emitidas por los actores políticos, los únicos, los ganadores, el panorama político mexicano parece unos días campo de esperanza y otros de tristeza y a veces también de enojo por una parte de la ciudadanía. En mi pasada colaboración hablaba de que tenemos enfrente un mundo bipolar, pero no solo lo veo en la escena internacional, sino también en lo nacional.
Para empezar, el gran tlatoani nos receta un nombramiento desafortunado, no solo por lo que el señor Manuel Bartlett significa para muchos de nosotros, sino para él mismo, pues el rechazo es generalizado aun a pesar de la defensa que tibiamente hace de él. Convertir ahora a ese señor en salvador de la patria parece un monumental absurdo que puede convertirse en un gran error político del próximo presidente. Empieza jugando con fuego. Aún en sus filas, se nota la fractura.
Sin embargo, los seguidores de AMLO le perdonan todo: es la luna de miel, que si bien no es eterna por definición, sí es absoluta la comunión y la solidaridad, por causa de lo nuevo, pues el enlace matrimonial se presta para convertir las semanas siguientes en un idilio que parecería que va durar toda la vida, pero no, de seguro se acabará algún día, más pronto que tarde. Y entonces aparecerá el cobro de facturas.
Es tiempo de celebrar y de tomar por asalto la agenda del día a cargo del pastor, pero las promesas de campaña suenan todos los días como las campanas de las iglesias del país que llaman a misa, y por lo mismo en el sermón y desde el púlpito de la patria hay que sentenciar: “se perdonan todas las deudas que tienen los tabasqueños con la CFE, por el no pago de los recibos de luz”.
Fue un compromiso de Andrés Manuel cuando estaba en campaña. Prometer es lo normal. Pero de inmediato surge la pregunta: ¿y por qué no perdonar también al resto de los morosos de otras partes del país? ¿Y qué decir del pésimo precedente de inculcar una política de apoyo a los que no cumplen, por encima de los que sí pagan? O todavía más grave ¿A título de que argumento con recursos del erario se apoya a unos y no a todos?
Falta mucho para el 1 de diciembre, pero la película que corre, cual si fuera una pintura en movimiento, se mira entre surrealista y abstracta.