En estos momentos de recesión económica hay un tema que está en la mente de muchos empresarios, se trata de si deberían, o no, pedir un crédito bancario para poder salir adelante. Me estoy refiriendo a una empresa cuyo modelo de negocio se verá seriamente afectado por la crisis y que, además, cuenta con las garantías para solicitarlo. Es importante reflexionar que si el pedir un crédito bancario en un entorno de estabilidad es un asunto delicado, hacerlo en un contexto económico adverso es algo muchísimo más complejo, ya que una mala decisión te podría llevar al cierre definitivo de tu negocio. Existen varios factores que hay que tomar en cuenta para solicitar un préstamo; sin embargo, en este momento hay dos factores qué, en mi opinión, son los más relevantes: a) el propósito del crédito y b) si dicho propósito generará los flujos de efectivo necesarios para poder cumplirlo. Dicho con otras palabras, lo más probable es que el crédito lo utilices para cubrir pérdidas operativas o para financiar cartera morosa o inventarios de lento movimiento. El problema de fondo es que utilizar el dinero para estos propósitos te dará temporalmente aire; sin embargo, no generará los flujos de efectivo suficientes para que puedas cumplir. Tienes que ser muy frío en tú análisis ya que el horizonte se mira muy complicado. En su escenario optimista, el Boston Consulting Group indica que la pandemia se terminará en la primera semana de julio y estoy totalmente convencido que la recuperación económica tardará muchos meses más en llegar. Hoy en día la decisión de pedir un crédito la debes basar exclusivamente en la proyección de flujos de efectivo, que te aseguren que podrás cumplir. Será complejo que un préstamo tradicional te ayude a salir adelante; sin embargo, comienzan a salir algunas alternativas creativas en el mercado. Actinver sacó un modelo de crédito que me parece muy útil en este momento. Es exclusivo para los clientes del banco que tienen una inversión en acciones y lo que trata de evitar es que el cliente se vea obligado a venderlas cuando los mercados van en picada. El crédito es a 18 meses con una tasa de interés muy baja de TIIE + 2.99, quedando la inversión de las acciones como garantía. Lo interesante es que durante los primeros 17 meses no se paga nada del principal, solamente los intereses y en el mes 18 se paga 20% del capital, con posibilidad de renovarlo. El planteamiento de un crédito así te sería de gran ayuda, lo cual no te exime de tener que ser muy analítico y proyectar flujos de efectivo, ¿qué opinas al respecto?
Federico D’Kuba es profesor del IPADE Business School