Cuando se logra estar en el pedestal político es tan grande el poderío que, a veces, se siente que nunca saldrás de ahí. El ex gobernador de Veracruz Javier Duarte ha sido la “figura” de la semana, no sólo porque se le determinó una sentencia casi ridícula ante tanto latrocinio que hizo, en cuanto a su pena de tan sólo nueve años en prisión, e incluso con posible reducción a cuatro años de castigo “por buena conducta”.
Dado que organizaciones legales civiles como TOJIL cuestionaron el fallo, bajo el argumento de que el juicio abreviado que aceptó Duarte fue producto de “una amenaza con pistola en la cabeza” para que aceptara su presunta responsabilidad a sus imputaciones. De acuerdo a la declaración del ex “gober” con Ciro Gómez Leyva en vivo y en canal nacional, el “inocente” inculpado fue obligado a aceptarse culpable para que la figura de juicio abreviado agilizara la sentencia de este “pobre, pobre” angelito ex mandatario.
Yo no sé los demás, pero a mí se me hacen insuperables las tretas de estas figurillas públicas que además de que logran zafarse y obtienen sentencias tan mínimas, ahora pueden ascender además a ser vistos como mentores en el arte de pedir clemencia, argumentando que fueron obligados a pedir tal o cual proceso de juicio.
Y aquí aprovecho para pensar con suspicacia que a Duarte le convino esa figura legal aplicada a su favor. Y ahora nos encontramos ante el más mínimo castigo que recibirá un gobernador corrupto. La corrupción, el enriquecimiento ilícito y el ejercicio abusivo de funciones de los servidores públicos alcanzarán la categoría de delitos graves. Por otra parte y de acuerdo con datos que me allegó un gran amigo de La Revista 32 y a decir de Arias Consultores, la popularidad favorable con la que cuentan algunos de los gobernadores hasta el momento es esta:62% el de Tabasco, 60.2% para Yucatán y 52% el de Tamaulipas, versus Jaime Rodríguez “El Bronco” en Nuevo León quien apenas alcanza 7.8% de confianza.
Me congratulo de que a estos pillos los lleven ante la justicia, espero que no sea ciega y que tanto a gobernadores de Morena, como de los demás partidos se le mida con la misma vara. ¡Qué triste, ver todo lo que estos gobers preciosos se llevaron y lo mínimo con que los castigaron. Ahora los gobernadores tanto como los demás funcionarios públicos deberán ser muy cuidadosos en cada una de sus acciones. Lo merece México y lo merecemos todos.