Y yo se los advertí: nadie puede recibir en su territorio a otro sin que se aplique aquello de que “el muerto y el arrimado a los tres días apesta”. Si bien es cierto que ya nos hemos dividido entre quienes opinan que hay que ayudar a los migrantes que están en tránsito en nuestro país, y quienes están manifestando el verdadero repudio y xenofobia que si que llegamos a sentir los mexicanos, también es cierto que esta papa caliente de dimensiones mundiales es el mal cierre para el gobierno saliente, tanto como será el infiernito con el que el presidente electo recibirá la banda presidencial en diez días más. Y tan es una bomba para López Obrador, que ya podemos hacer nuestras apuestas: si apoya y reafirma que dará trabajo a los quince mil migrantes que se supone nos usaran de puente de paso, será visto como ya lo marcan sus opositores: como el adalid de la “república bolivariana” o AMLObariana que a tantos nos preocupa; y también puede suceder que sí el presidente entrante decide apoyar la idea de “México para los mexicanos”, luego entonces será también partícipe de lo que Donald Trump ya ha manifestado en sus mensajes de twitter: “Así como México afirma en voz del alcalde de Tijuana no está listo para esta gran cantidad de migrantes, así mismo los Estados Unidos no lo están, así que aplicaremos cero tolerancia.”
Claro que esta situación ya está afectando a los connacionales que viven en la frontera norte y están viviendo graves complicaciones para ir y venir de sus áreas de trabajo hacia su lugar de residencia, y también nos deja ver que la ambivalencia de la solidaridad y a la vez la xenofobía ya nos está calando hasta los huesos; y congela la piel si revisamos que muchos de estos migrantes han salido de Honduras donde Salvador Nasralla, presunto patrocinador de la caravana, coincide con el nombre del partido Libertad, que quiere poner Felipe Calderón aquí en México. ¿Qué coincidencia no?
Coincidencia tan aguda como la de que Donald Trump ya tiene desplegada a la guardia nacional en la frontera sur de los Estados Unidos en espera de los migrantes, tanto como López Obrador tiene desplegada ya su estrategia para hacer, que casualidad, que la guardia nacional a la mexicana aparezca en tres años y que los cadetes de este cuerpo conjunto de policías sea entrenado por el ejercito donde claro, ya no serán policías, sino “guardias nacionales”, o sea de aguililla ahora mi poli te llamarán aguilucho… ¡de veras que graaan cambio!
Éramos muchos y… ¡parió la abuela!
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Fátima Ibarrola
Toluca /