Política

Soñando con un trasplante

Ayer se conmemoró en nuestro país una vez más el Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos y, como cada año, quedó de manifiesto la grave situación que atraviesan las y los pacientes que están a la espera de una oportunidad para acceder a un procedimiento quirúrgico y mejorar sus vidas.

Se estima hay más deocho mil personas en la lista y, en los años de 2020 y 2021 24 y 22 familias, respectivamente, habían accedido a que los órganos de algún familiar fallecido fueran donados para ser trasplantados a alguien que los requiere. Las cifras hablan de una desproporción en la poca disponibilidad de órganos y una urgencia de atención a los pacientes que ven mermada su salud cada día que pasa.

El tema es muy polémico y no está exento de valoraciones de tipo moral y religioso, así como éticos e incluso filosóficos. La donación de órganos puede ser, tal vez, el acto altruista más grande que cualquier ser humano pueda realizar pues implica una decisión que va más allá de su propia existencia, pero pondera que el alcance de esta decisión trasciende a sí mismo. Es un acto de voluntad que debe ser respetado por y para la memoria de quien, lejos ya de este mundo deja algo de sí para alguien que ni siquiera podrá conocer nunca. Es, en cierta forma, seguir viviendo más allá de la memoria de otros y hacer de una parte de nosotros mismos nuestro propio legado.

Ayer inauguramos una exposición llamada “Soñando con un trasplante” en que niñas y niños que se encuentran en la lista de espera plasmaron, gracias a la inventiva y empatía que genera el arte para divulgar mensajes o incluso mostrar exigencias, lo que representa para ellas y ellos la búsqueda de un órgano. Un cambio en la forma en que se perciben los trasplantes puede ayudar a hacer las cosas diferentes.

Actualmente, ninguna persona es donadora de órganos a menos que lo manifieste expresamente y así se ha respetado por años, desde que la medida fue implementada. La reforma que se discutió ayer, luego de la exposición artística, busca cambiar el criterio y, de nuevo, respetando siempre la decisión de las personas. Ahora todas y todos seríamos donadores y eso se mantendría a menos que alguien señale claramente, en completa libertad y con decisiones basadas en información y respeto, que su voluntad vaya en contra de donar y con esto dar vida después de la vida.

Este simple criterio es un cambio de paradigma y apela a un sentido de comunidad y solidaridad que poco se ha explorado, pero que representa mucho, e, insisto, mantiene intacta la decisión final de cada una de las personas, pero aumentando el margen de acción por parte de las autoridades.

A esto se le debe acompañar, como en toda reforma o política pública de información y concientización. Ningún esfuerzo público queda completo si la población no tiene la confianza o los elementos para formarse un criterio de lo que se decide por una colectividad. En el marco del Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos al consigna por abrir más posibilidades de dar vida después de la vida es un llamado más a hacer actos de justicia y compresión, de entrega y desapego por el bien de otros, que siguen soñando por un trasplante.


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Ernesto Gutiérrez
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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