A menos de un mes de la jornada electoral más importante en las últimas décadas es necesario apuntar a un sector de la población por demás importante y que será definitorio no sólo en el resultado electoral, sino en los efectos que los futuros gobernantes y representantes tendrán sobre su futuro, me refiero a los jóvenes en Jalisco.
Dos notas recientes han puesto mi atención y son de las que parto. La primera, afirma que los menores de cuarenta años (y obviamente desde los 18) representan hasta el 47% de las personas que podrán votar este dos de junio. Es un indicador muy importante, sobre todo si consideramos que los indicadores de participación rondan la mitad del electorado y que la curva de población en nuestro país comienza a orientarse a una Nación que envejece y cuyas necesidades se concentrarán en otras agendas. Pero retomemos, el grueso de la votación, y por lo tanto, el triunfo electoral se puede encontrar en una población cuya problemática se hace cada vez más intensa y compleja y encuentra pocas opciones en la oferta electoral.
Son temas tan amplios como aparentemente ajenos uno del otro, pero que influyen por igual. Y es que los trabajos bien remunerados y con seguridad social son fundamentales en la fuerza laboral que se encuentra justo en los jóvenes, la capacitación y las oportunidades de ocupar un puesto laboral en un mundo competitivo y con nuevos esquemas de empleabilidad sigue representando un gran reto. El reclamo por espacios educativos y de educación superior ha sido una constante, el problema del acceso a la vivienda se enlaza de manera directa con los derechos laborales y las rentas altas que, de acuerdo a cifras oficiales y estadísticas, impiden una buena calidad de vida ante la disyuntiva de poder rentar o formar un patrimonio.
Son los jóvenes un grupo con alta vulnerabilidad en tiempos de inseguridad como los que vivimos, reclutamiento por parte de grupos delictivos, víctimas de trata, de desapariciones y muertes violentan tienen como punto de coincidencia las personas jóvenes. Y es algo muy grave que deba atenderse y abordarse.
El cuidado del medio ambiente es también importante para la población joven, hemos visto que la calidad del aire, la escasez del agua y su potablización y los incendios forestales han estado en las agendas de los jóvenes, como un reclamo sentido. Y como estos, hay otros más que pueden constituir una serie de elementos que motiven a alguien a salir a las urnas y participar.
Hay otro dato, generado por la propia autoridad electoral y que sirve como principal argumento a campañas de promoción del voto en el ámbito federal como local, los menos interesados en participar son aquellos jóvenes que estarían en condiciones de participar por vez primera en un proceso, esto es, quienes rondan entre los 18 y 20 años. Es un tema preocupante no solo para la dinámica de partidos sino para el funcionamiento de la democracia misma. No exagero cuando digo que en este proceso se definirán, o al menos se sentarán las bases de muchas de las políticas que impactarán de manera directa a estos jóvenes que pronto vivirán en carne propia los efectos de la toma de decisiones y que marcarán sus destinos.
El proceso electoral de 2024 tendrá su punto cumbre en la jornada electoral, en que estamos convocados a las urnas y obligados a tomar el papel que nos corresponde. El voto de los jóvenes es, sin duda un factor importante en el rumbo que tomará Jalisco y México en las próximas décadas y que incidirá en sus propias vidas, esperemos este sea el momento que aprovechen para participar y hacer del compromiso democrático algo propio y a conciencia.