La Secretaría de Salud de Tamaulipas, siguiendo la tendencia de estados que regresaron a semáforo rojo de la pandemia por covid-19, como Nuevo León, Jalisco o la CdMx, reinició con las restricciones a negocios no esenciales para evitar contagios.
¿Neta? ¿Evitarlos?
Los empresarios, obviamente mostraron su inconformidad, porque este llamado es una incongruencia del tamaño del valemadrismo mexicano.
Ayer por ejemplo, dueños y usuarios de gimnasios protestaron por el cierre durante todo el mes de enero, luego de siete meses cerrados y con la quiebra de algunos compañeros que no resistieron esta pérdida, y solo mes y medio de agridulce regreso.
¿Son los mamados un riesgo y el transporte público lleno hasta el fondo, no?
Otro. Hace semanas platiqué con Francisco Azcárraga, dueño de uno de los salones de eventos más importantes del sur de Tamaulipas, también afectados, quien argumentó que la unión de los empresarios del ramo los convirtió en sitios más seguros que cualquier sitio de concentración, pública o privada.
Pero para el gobierno estatal estos rubros son un peligro, mientras que la oficina fiscal, el INE y donde pagamos los impuestos municipales, no.
Yendo más allá de la controversia: ¿era este el momento de hacerlo?
Hay que preguntarnos por qué si la medida es preventiva y cuidando a los ciudadanos, no se hizo en diciembre cuando venían las congregaciones, teniendo la procesión de “San Juditas”, en noviembre, como aviso de alerta.
¿Por qué no se hizo en el Guadalupe Reyes, cuando hubo peregrinaciones, posadas, concentraciones religiosas, fiestas y fiestas, cenas y roscas, recalentado y recalentado y recalentado? ¡Chum chum!
El poder de las tradiciones y costumbres sagradas de la sociedad mexicana, que el gobierno no quiso enfrentar, y muchos menos ofrecer las condiciones para que los negocios tuvieran la capacidad de chambear sin abonar a la fragilidad de la salud pública. ¡Y menos en el 2021, caray, en elecciones no, papá!
Si me preguntan, la suspensión de negocios no esenciales es un crudo sarcasmo gubernamental porque se lanza cuando los contagios ya se dieron durante todo un mes; pero como siempre, nadie me preguntó.
Al final le echarán la culpa a López-Gatell y a la 4T, porque la pandemia y sus daños colaterales serán discurso electoral opositor.
Eso es lo único que importa. _
