Saul Bellow (1915-2005) fue un premio Nobel que la academia reconoció como alguien genial desde que apenas comenzaba a publicar. Peculiarmente sensible, relata con esta aptitud.
El carácter polifacético de Bellow queda expuesto cuando escribe Mueren más por desamor (Editorial Debolsillo); Kenneth Trachtenberg, la errática voz narrativa, viaja de Francia a Estados Unidos para estar cerca del tío Benn, un prestigiado botánico (en crisis existencial) y otros personajes más, unos históricos e ilustres, otros inventados. “No era Drumont quien lo atraía, sino Stendhal y Proust. También el Sena, los restaurantes, las mujeres”. Lo cual ilustra qué tipo de carácter tiene.
Adoptando el alter ego de Benno Crader, el protagonista, cuyo dominio de las plantas lo torna una eminencia en morfología, reflexiona sobre la vida. “Imaginen a John Carradine en versión francesa”, así era él. Bellow, fanático de lo mundano, dota al texto de prodigios comunes, que son principalmente tragedias románticas.
Cualquier aspecto humano parece una analogía botánica, como si las personas tuvieran elementos vegetales.
El argumento que sostiene Benn, como indica el propio título, es que la gente fallece más por causas románticas que naturales.