“Los vencedores” literarios no son aquellos que necesariamente publican hoy, sino también (y sobre todo) quienes publicaron y su obra tiene vigencia. Pero la historia es malentendida cuando solo se interpreta en presente o pasado.
Hay dos posturas del público ante los autores: conocer sus textos o ignorar que existen (otorgándole crédito al trabajo de quien lleva a cabo una reinterpretación del original). De las adaptaciones surgen series televisivas, películas, músicales, teatro y nuevos libros.
Así sucede con Robert Penn Warren (1905-1989), premio Pulitzer 1947, cuya novela Todos los hombres del rey (editorial Anagrama) dirigió cinematográficamente primero Robert Rossen y después Steven Zaillian, protagonizada por Anthony Hopkins, Sean Penn, Jude Law y Kate Winslet. La película tiene hasta la fecha más fama que el texto.
La epítome es una interiorizacion de la naturaleza y el destino de cinco individuos frente al poder, durante un periodo convulso en Estados Unidos. Basada históricamente en la figura de Huey Long, personaje dictatorial, corrupto y chantajista, Warren elabora una crónica acerca del ambiente social y político que favorece la corrupción.
El humilde abogado Willie Stark, que llegará a ser gobernador del estado de Luisiana, cautiva a Anne Staton, su hermano Adam y Jack Burden, estereotipos de la clase alta insatisfecha, narrándose el ascenso de un populista.
Warren ciñe la extensa tensión entre tiranía y democracia en un volumen, concluyendo que los dogmas políticos resultan una madeja que ni siquiera alguien inteligentísimo puede siempre deshilvanar.
@erandicerbon