En el camino que cruza el valle del Guadiana rumbo a la carretera que se encuentra con el entronque La Flor y El Mezquital, mismo que conduce desde Durango a Guadalajara y Tepic, los cerros entre pastos amarillos lucen sobre su cima más elevada un anuncio enorme en rocas pintadas de blanco en donde se lee a la casi extinta Conafor (Comisión Nacional Forestal) que invita a prevenir los incendios forestales.
Sin embargo, van para más de 15 días en los que los incendios que han asolado las sierras aledañas siguen sin apagarse, cubriendo el horizonte con una capa gris que no se aparta de la vista ni en las mañanas ni en las tardes, ni por más que se ascienda a las cumbres más elevadas en busca de cierta claridad.
El humo cubre el horizonte, lo mismo en el centro y sur del país que en Durango y las cadenas de montañas aledañas a la Sierra Madre Occidental. De norte a sur, y más allá de lo político, México es un país que se incendia.
En lo que va de la semana pasada hasta la fecha se han registrado al menos 130 incendios forestales que ya han mermado 26 mil 58 hectáreas de bosque, de los cuales sólo 39 han sido liquidados.
Otro tanto ocurre en las regiones del Bajío y el Altiplano, al igual que en el Área de Protección de Recursos Naturales “CADNR 043” que abarca los estados de Aguascalientes, Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas, donde brigadas intentan apagar el incendio forestal que inició el 26 de abril y que hasta el momento, ha generado afectaciones en 3 mil 100 hectáreas.
En la Reserva de la Biósfera La Sepultura, en el estado de Chiapas los combatientes trabajan en apagar un incendio forestal que inició el 8 de mayo en la zona que comprende el Municipio de Villaflores y que hasta el día de hoy ha causado afectaciones en 600 hectáreas.
Por desgracia, lo anterior se vino a agravar desde que el presidente quitó dinero a la Conafor—más de 1,200 millones de pesos—y eliminó los programas de Empleo temporal para brigadistas, quienes solían encargarse de apagar y prevenir este tipo de siniestros.
Se cuenta con equipo aéreo, pero este solo ha sido desplegado en San Luis Potosí con el propósito de apagar el fuego al interior del predio La Amapola.
No obstante lo anterior, el presidente ha preferido destinarle más de 800 millones de pesos a uno de sus satélites políticos (el Partido del Trabajo) y 500 millones de pesos al estímulo del beisbol (su deporte favorito) desde sus matutinas, mientras gran parte del territorio nacional arde en llamas.