La tenaz insistencia del mandatario estadounidense Donald Trump y la persistente negativa del gobierno mexicano en asumir el pago para la construcción del muro fronterizo, aventura la posibilidad de que México establezca una negociación con la contraparte en el sentido de aceptar pagar condicionalmente la citada construcción.
Una condición que quizá sea imposible de llevar a efecto por parte del gobierno de Trump. Como un acto mínimo en cumplimiento, sería la de reubicar en otras entidades situadas más al norte de la unión americana, las 3,800 armerías existentes solamente en el fronterizo Estado de Texas. Ocho de doce armerías texanas están detectadas como proveedoras de armamento a los narcotraficantes que operan en nuestro país. Otras más se encuentran en Arizona y California, USA. Se sabe de la existencia 60,000 armas en uso y venta en el sur del país vecino.
Pero las armerías sureñas a las que se debe retirar de manera definitiva la licencia comercial, según una indagatoria, por ser las constantes proveedoras de armamento a los cárteles mexicanos, sin restricciones, son las “Lone Trading Company”, “J&Prescott”, Glick Twins” y la “Denny’s Pawn and Sporting” situadas respectivamente en Arizona y Texas.
Actualmente se encuentra en auge el consumo de opiáceos y drogas artificiales, producidos, en cierta medida, en nuestro país. Por la parte médica, solamente entre los años del 2005 y 2014, aumentó en un 90 por ciento, el número de pacientes que ingresaron por el abuso de opiáceos a las salas de emergencia de los hospitales estadounidenses, y entre los años de 1999 y el 2015 fallecieron 560,000 personas por el abuso en el consumo de esta droga. Los médicos norteamericanos, presionados por los laboratorios farmacéuticos, de quienes se sospecha compran opiáceos a los cárteles mexicanos, y por sus pacientes, han expedido 79 millones de recetas médicas para el uso de estos medicamentos, cifra que se incrementó en 2012 a los 260 millones de recetas expedidas.
Por lo anterior, si el gobierno de Norteamérica, como otra de las condicionantes aludidas, realmente restringe de manera estricta el consumo de opiáceos entre su población, la oferta disminuiría con muro o sin él.