Ciudad de México /
Enrique Peña Nieto
A punto de dar el dedazo
la calaca lo sorprendió
y con el tiempo se encontró
el pellejo del dedo estirado
y el cráneo con un copetazo.
Por su lado,
la “Gaviota” meditó
sobre el resto de la pasión
de una jugosa pensión
que el difunto le ha dejado.
Miguel Márquez Márquez
Con las maletas preparadas
para jugársela con el Frente y por el PAN
la muerte con mucho afán
lo dejó sin coartadas.
“Yo soy la gran electora”
-dijo la calaca alevosa-
“que te quiero para otra cosa”
-Ya ufana afirmó-
para formar gobierno
pero dentro de tu fosa.
Héctor López Santillana
La muerte soberana
dijo a López Santillana
“yo sé dónde mandarás aparte de tres años más”
“en el panteón de San Nicolás
Con la santa paz,
donde todos quietecitos
los verás más bonitos”.