El último mes se produjo un aumento en el número de casos de covid-19. Según datos oficiales, del 13 de junio al 13 de julio en términos absolutos alcanzamos los 7 mil 108 contagios en el estado.
Los cálculos podrían quedarse cortos, en promedio suman 236 diarios, a lo largo de la pandemia no todos los contagiados han querido saber si dieron positivo; si la tos, dolor de cabeza y otros malestares eran a causa del virus o estrés colectivo.
Si hablamos de defunciones relacionadas directamente con la enfermedad y sus consecuencias, así como el desborde del sistema hospitalario, son cifras terroríficas 11 mil 127 muertos y más de 300 hospitalizados.
A más de 17 meses de confinamiento, esa decena de miles de muertes más allá de la estadística son personas con nombre y apellido. Las cifras se tragan los nombres de aquellos que una vez fueron padres, madres, hijos, amigos y vecinos de alguien.
Casi simultáneo a la crisis sanitaria hemos enfrentado la otra, la crisis económica. Los cierres y las cuarentenas que detuvieron al comercio, los servicios y la industria son los mismos que hoy tienen secuestradas a las aulas, unas veces políticas de estado, otras tantas miedo, nadie quiere que su administración sea fallida en la contención del virus.
La pandemia hizo que una parte de la sociedad perdiera la cordura; durante estos meses hemos escuchado ideas rarísimas en la discusión pública y privada, desde la conspiración, fe en productos milagro y terapias sin base científica, sin contar el aislamiento y prevención.
La disparidad en la información que envían las autoridades federales y estatales aunado con la llegada o no de las vacunas a los distintos municipios, hacen que resulte insólito al nuevoleonés creer que la pandemia va de salida. No corrijo, vamos en ascenso a una nueva cresta; no, nuevamente corrijo, estamos como antes. ¿Como antes de qué?
Lo cierto es que a lo largo de esta pandemia cada vez se cree menos en la autoridad. La gente se confió y dejó de usar cubrebocas. ¿Cuántos que conoce se niegan a utilizarlo todavía?
Llegó el verano y con él las vacaciones; como si todo lo que vivimos fuese un sueño, un pensamiento mágico y caprichoso que dicta que no habrá contagios. Sépalo, viene una nueva ola. Ojalá solo sea de miedo.
Enrique Burgos-Véliz
@enriqueburgosv
