Una de las cantantes que mayor actividad he mostrado durante la cuarentena en la que estamos confinados casi todos en este planeta, a causa de la pandemia del coronavirus, es la británica Laura Marling. En parte, mucho de ésta obedece al reciente lanzamiento de su álbum Song For Our Daughter, que viene a ser el séptimo en su discografía.
Muy en el aire que le conocemos, Song For Our Daughter da continuidad a la obra, muy situada en el folk, de una de las más dignas herederas del legado que de la gran Joni Mitchell, a quien la voz de Marling suele incluso evocar a menudo, sin que por ello se pueda pensar que la inglesa adolezca de una personalidad muy propia. Baste escuchar “Fortune”, una de las baladas más refinadas del álbum para notar la cercanía que hay entre ella y la legendaria cantautora canadiense, y de paso constatar la belleza y elocuencia de la gran voz de su autora.
Así, además de aparecer en distintos medios hablando sobre sus 10 nuevas canciones, Marling hace constantes apariciones en su cuenta de Instagram donde no sólo conversa con sus seguidores sino que también imparte clases de guitarra, demostrando el amplio conocimiento que tiene en el instrumento que la inspira y le sugiere la mayoría de sus composiciones.
Entre sus apariciones más memorables en fecha reciente, está su participación “desde casa” en la emisión Live On KEXP —disponible en el portal YouTube—, la versión adaptada que la emisora con sede en Seattle, Washington, suele hacer en sus estudios y que goza de un gran éxito entre quienes gustan de la música independiente.
Pero quizás lo más interesante que Marling ha puesto en marcha, sobre todo en un momento en que los músicos se ven imposibilitados a generar ingresos dada la inmovilidad en que se encuentra de momento la industria del espectáculo, ha sido el concepto que, con mucha suspicacia, puso en marcha para presentar Song For Our Daughter. En éste, Marling aparecerá ya no en su casa sino desde la Union Chapel, una afamada capilla londinense donde transmitirá un recital en vivo a través de YouTube. La novedad de esto es que ella ha puesto a la venta un número reducido de boletos para poder presenciarlo en tiempo real, un pay-per-view como se usó en eventos deportivos, que puede ofrecer pistas para imaginar cómo podrían ser los espectáculos en otros momentos de confinamiento, con la intención de sortear, en la mayor medida posible, la crisis que trae como consecuencia la inactividad.
En la página donde publicita su concierto del 6 de junio próximo, éste en exclusiva para su público en Europa y el Reino Unido —también hará otro sólo para Norteamérica en la misma fecha—, Marling puntualiza que estará filmado con “múltiples cámaras en Ultra HD y con la más alta calidad de audio.” El icónico foro donde se llevará a cabo “se transformará en un hermoso escenario para este evento especial en vivo”. Y, para hacerlo aún más atractivo, se asegura que a la par de interpretar las canciones de su nuevo álbum, ella hará un repaso de lo mejor de su cancionero. Una oferta que parece irresistible para sus más aferrados seguidores.
Un inteligente herramienta la que ha puesto Laura Marling en marcha, luego de haberse visto forzada a cancelar las fechas de la gira de promoción de Song For Our Daughter. Un álbum que aporta una serie de sorpresas a su sonido más característico. “For You”, por ejemplo, incorpora un coro de voces masculinas que sirven de contrapeso a la suya y de pretexto para jugar con ellas vocalmente. “Strange Girl” posee una instrumentación más de grupo de rock y un ritmo intenso, distante de que aquel que domina el álbum, mucho más reposado. Y “Blow By Blow” está armada sobre el piano y complementada con cuerdas. Un álbum que suma diversidad y emoción a la obra de una de las más talentosas y sagaces cantautoras del folk británico de hoy.
