Todo el mundo caminamos en busca de la felicidad y en ocasiones perdemos el rumbo y, lo que es peor, no vemos que tenemos la felicidad frente a nosotros.
Recordemos que la felicidad no se compra con dinero, podremos tener mucho, pero lo importante es pedirlo, compartir, dar, porque cuando das recibes más. El poder tampoco es la felicidad, es equivocado pensar que porque todos te digan y te obedezcan son felices a tu lado.
Busca la felicidad en los pequeños momentos junto a tu familia, en disfrutar de la compañía de quienes te quieren y quieres. En esos momentos que quedan en tu memoria para siempre, no olvides lo que vale y es del corazón, eso es sin duda el camino correcto.
Deja de tratar de comprar la felicidad efímera, rescata los buenos momentos, la familia, los amigos, todo lo que es verdadero y sincero, que en ello encontrarás la felicidad que tanto buscas.