Chueco o derecho, el derecho es lo que la SCJN dice que [es] éste. Así sea que lo dicho por el alto tribunal de la nación sea contrario a la razón universal; es decir, a lo que la filosofía jurídica, perspectiva desde la cual se debe pensar la Constitución y las leyes que nos rigen, determina qué es verdaderamente el derecho.
No es de extrañarse, entonces, que en la decisión de la SCJN sobre el caso de la consulta popular para determinar si se juzga o no a los ex presidentes Peña Nieto, Calderón, Fox, Zedillo y Salinas de Gortari, se actuó diligentemente para, en dos actos espectaculares, por medio de un fallo no tan salomónico porque favorece más a los ex presidentes, se concluye dando a los ciudadanos “gato por liebre”.
En un primer acto, el proyecto de resolución quedó en el más odiado de los ministros, Luis María Aguilar Morales, quien durante la confrontación que durante 2018 mantuvo el Poder Judicial de la Federación con el ahora titular del Ejecutivo, se hizo famoso por defender su insultante salario mensual de más de 650 mil pesos, más prestaciones sociales.
El proyecto de resolución establece la inconstitucionalidad de la consulta, destacándose como principales argumentos (1) la violación al debido proceso, a decir de la Corte, porque en la pregunta formulada por el Presidente se mencionan los nombres de los ex presidentes; y (2) porque, para efectos del ejercicio de la acción penal en los delitos de oficio, no hace falta ningún tipo de consulta.
En el segundo acto, la SCJN, en sesión plenaria efectuada el 1 de octubre determinó, en un primer momento que, de acuerdo a lo dispuesto por el Artículo 35 de la Constitución, sí es constitucional la consulta. Ya acordada su constitucionalidad, en un segundo momento se deliberó sobre si la pregunta formulada por el Presidente violaba o no derechos humanos; y al advertir que si tenía vicios de constitucionalidad, se acordó reformularla para en caso de que en la consulta resultara un sí, no violar el debido proceso.
Fue tanta la enjundia que se puso por parte de los ministros de la SCJN en la reformulación de la pregunta formulada por AMLO que, dicha pregunta, desapareció como por arte de magia.
Permítaseme el siguiente símil: cual mago prestidigitador frente a un auditorio esperanzado en saldar cuentas con el pasado reciente para proyectar un mejor futuro y, a la vez, engrandecer el espíritu de buen ciudadano, la SCJN tomó en sus manos todos los elementos que integran el texto original de la pregunta formulada por AMLO, los metió en su sombrero color negro de copa alta, cubrió el sombrero con un pañuelo de seda, pronunció ciertas palabras mágicas e inentendibles por los mortales, luego metió la mano al sombrero y sacó una liebre de las orejas, después repitió el mismo procedimiento, pero la liebre desapareció, ahora sacó del sombrero un gato pardo tomado de la cola y lo mostró al auditorio, esperando los aplausos.
Véase si no es así, la pregunta del Presidente dice: “¿Está de acuerdo o no con que a las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, antes durante y después de sus respectivas gestiones?”.
Y la pregunta de la SCJN es: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.
En la pregunta de la SCJN no se habla de presuntas comisiones de delitos, sino de “decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos”. No se precisa durante qué periodos, no refiere el tipo de actores políticos, si se trata de actores políticos partidistas o en el ejercicio de gobierno, aquí caben todos, hasta el mismo AMLO.
Si apareciera la locución, ex presidentes se acotaría mucho el problema; o que, en vez de decir “actores políticos” a secas, dijera “actores políticos de las altas esferas del gobierno federal”, sin mencionar la palabra presidentes. Lo que buscó la SCJN y logró es desaparecer el horizonte del texto de la pregunta formulada por AMLO, y al cambiar el horizonte original, cambia el sentido del mensaje; es decir, nos dio gato por liebre.
De cualquier manera, la consulta se efectuará. Si resulta un sí, que es lo más probable, será porque la voluntad soberana se impone al gatopardismo de un régimen caduco que se resiste a morir; será, sin duda, un acto de justicia popular de un pueblo agraviado por tantos saqueos, engaños y mentiras. (Nota: queda pendiente el análisis de la idea de debido proceso y de derechos humanos, institucionalizadas por una ideología jurídica conservadora que, en detrimento de la defensa de lo que es verdaderamente la dignidad humana, mucho ayuda a los políticos).