La violencia política de género arrecia en los días finales de las campañas, pero en esta ocasión se trató de un acto de intimidación fuerte.
En el municipio de San Felipe Orizatlán en la Huasteca Hidalguense, la tierra limítrofe con San Luis Potosí, la mañana del domingo se colocó una manta con amenazas y se dejó una cabeza de animal en la casa de campaña de la aspirante del PRI a presidenta municipal, Erika Saab Lara. La aspirante tricolor, ex diputada local, funcionaria de muchos años con varias administraciones, ha sido en la última década un personaje político muy conocido en la zona, por lo que podría pensarse de un acto de guerra sucia, pero no es así.
La propia Erika Saab comunicó en el transcurso del domingo su preocupación por los hechos en los cuales recordó que se le amenazó de muerte a ella y a su familia. La dirigencia priista de inmediato reaccionó a los hechos condenando la situación y anunciando que se abrió una denuncia en donde se investiga ya a fondo lo ocurrido en la Huasteca.
“La dirigencia estatal me ha manifestado su respaldo para llegar hasta las últimas consecuencias, porque ha hecho un llamado a la competencia democrática”, fueron las palabras de la candidata quien no detuvo sus actividades de campaña.
No es la primera vez que ocurre algo similar, pero en anteriores procesos no se contaba con el respaldo de una ley que castigara la violencia política con razón de género, cosa muy distinta en estos momentos donde se hallarse pruebas contundentes se procede con penas de prisión hasta la descalificación de la contienda en caso de ser responsable un actor político.
La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales y la Procuraduría de Hidalgo han reforzado sus acciones para este proceso de votaciones por lo que se espera que den a conocer más detalles y resultados de la indagatoria lo más pronto posible.
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