Los registros de Morena para las diputaciones locales y federales en Hidalgo están al límite de los plazos establecidos por la autoridad electoral y tendrán que registrarse en extremo este día para el Congreso del estado y el fin de semana para San Lázaro.
El retraso obligado por las circunstancias políticas de un partido que en la entidad se llenó de tribus y corrientes adversas que no dejaron trabajar a nadie en estos dos años, incluidos sus representantes populares, ha llevado a que las determinaciones sean así, por debajo de la mesa, sin que nadie lo sepa, a oscuras, con falta de información, a la última hora.
Sin embargo el contexto político estatal y nacional los obliga a echar las cartas sobre la mesa de alguna manera, pues saben que no pueden vivir de la renta de la figura presidencial por siempre, y mucho menos ahora que tienen encima a tres partidos como el PRI, PAN y PRD, dispuestos a jugarse el todo para recuperar los espacios parlamentarios.
En Hidalgo, se perfilan al menos tres de los siete actuales diputados federales de Morena para ser candidatos de nueva cuenta en sus respectivos distritos empezando por el de Pachuca, así como en Huejutla y Actopan.
La razón es sencilla, el único trabajo político al interior de Morena se hizo a nivel nacional y no estatal, y es por las diferencias al principio mencionadas, con los grupos de coordinación en el mismo instituto que son los que comenzaron la guerra interna por querer imponerse.
Los partidos de la alianza morenista como el PT, Verde y Panal, tendrán que asumir el costo de dicha guerra sucia al interior, pues deberán apoyar y soportar aspirantes que tendrán que remar contracorriente a pesar de que ya están por cumplir los tres años como legisladores federales en San Lázaro.
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