Hidalgo es uno de los estados con menos presupuesto público del país, sino es que de los últimos cinco en escala nacional que tienen cada año una planeación de ceros por la complejidad de su recaudación y población en zonas vulnerables.
Pese a ya no estar considerado como una entidad con pobreza extrema, se sigue padeciendo por una brecha de desigualdad en rubros laborales, salariales, de competitividad y acceso a servicios y tecnología.
Sin embargo, los partidos políticos gozan de cabal salud económica –los que acreditan su porcentaje mínimo de votación- y hoy pueden presumir estar en vías de recibir jugosas cantidades para el año de la gran elección: 2022.
Ayer, el Instituto Estatal Electoral aprobó el presupuesto que en su proyecto inicial plantea dar a los partidos más de 50 millones de pesos, de los cuales Morena para sus gastos ordinarios, tendrá más de 21 millones (cifra que viene acumulando desde 2018 y sin dar un solo informe de transparencia a la ciudadanía), así como el PRI con más de 16 millones, el PAN con poco más de 7 y el PRD con cinco. El PVEM, PT y Movimiento Ciudadano no tendrán este rubro ya que no obtuvieron el 3 por ciento de votación válida en la pasada elección de diputados locales, por lo que el único partido local que sí tendrá los recursos es Nueva Alianza con la cantidad de 44 millones de pesos para todas sus actividades y gastos de la elección. En Hidalgo, el salario promedio no rebasa los 8 a 10 mil pesos mensuales, en el mejor de los casos, por lo que si hacemos la suma de al menos una oficina modesta, una renta, muebles e insumos, estaríamos hablando de unos 100 a 150 mil pesos mensuales; ni gastándose un millón de pesos al mes, Morena y el PRI se acaban las prerrogativas y ni qué decir del Panal. Hidalgo podrá tener muchos problemas económicos, pero en cuanto a la política, lo que sobra es presupuesto.
Eduardo González
Twitter: @laloflu
