En Morena Hidalgo las cosas no salieron como se esperaba, pues ya estamos inmersos en el proceso electoral nacional, el fin de semana iniciarán las campañas locales y nunca llegó la tan anhelada unidad.
La molestia de los autonombrados “fundadores” de Morena en Hidalgo, que básicamente son el grupo de 20 o 30 personas que comenzaron, sí en efecto, a organizarse para impulsar el entonces naciente proyecto de Andrés Manuel López Obrador tras salirse del PRD, por allá en 2015 en el estado, es tan grande que no hay margen de maniobra ni poder que los convenza de que no estamos en 2006 cuando era Calderón contra AMLO.
Las designaciones para candidatos a presidentes municipales fue la gota que derramó el vaso entre morenistas, pues los “fundadores” prefirieron llevarse todas sus canicas al PT, en donde sí encontraron espacios y cuentan con candidatas y candidatos. Es decir, los personajes que dieron inicio a Morena en Hidalgo, votarán este 2 de junio por el PT y el Grupo Universidad, con quienes también hicieron alianza en 2018 en el partido guinda para ganar por primera vez el Congreso local.
Ahora, enemistados por completo con Morena y su dirigente Marco Rico, con los operadores del gobierno de Julio Menchaca y con la propia militancia que ha llegado en meses recientes al partido, deciden que buscarán dar una lección política pidiendo el voto para Claudia Sheinbaum, y en lo demás impulsando al PT, ni siquiera al Partido Verde de quien también reniegan.
El obradorismo se ha partido en Hidalgo y ahora cuenta con hasta cuatro vías de desarrollo político: Morena, Nueva Alianza, PT y Verde. A excepción del partido de maestros, el resto va con sus propios candidatos, y ve como contrincantes al resto, pese a que existe una alianza nacional.
Después del 2 de junio sabremos si el atrevido movimiento político de los fundadores morenistas tuvo el efecto esperado, o si de plano se terminaron equivocando y deberán regresar al redil con la disposición de abonar al segundo piso de la 4T, desde Morena.