El cierre de las campañas, pues estamos a menos de 15 días de las votaciones, trae consigo los últimos amarres y acuerdos tras bambalinas que se están dando en los cuartos de guerra y entre los principales asesores políticos de los partidos en Hidalgo.
Las dirigencias de las dos principales coaliciones ya echaron sus últimas caballadas y no queda más que reforzar el mensaje para terminar con el trabajo iniciado hace casi un par de meses en las calles. Para ello se dejan ver en imágenes, algunos eventos y en pequeñas reuniones, los dirigentes estatales y personajes que anteriormente tenían cargos de elección o son representantes de grupos o que mantienen cierto liderazgo regional.
Tal es el caso de Va por México que encabezan PRI, PAN y PRD, quienes han sabido jugar sus cartas en honor al oficio político; han contado ya con el apoyo de los senadores de dichos partidos, de diputados, de presidentes nacionales de sus institutos, a tal grado que parece irán de la misma forma para el siguiente año, o eso es lo que parece.
Del otro lado, la alianza de Morena con PT y Verde sigue sin recibir ese aporte de sus dirigencias nacionales, de sus representantes populares, de sus principales activos en funciones, vaya, ni siquiera les han regalado algún mensaje virtual o apoyo para sus candidatas y candidatos.
La mala planeación política o vivir del mismo tema de “somos diferentes a los de antes”, no funciona cuando no se ve una verdadera coordinación como sí ocurre en la alianza de enfrente; hay que decirlo, porque en la observación de la labor política está también el señalar que no se ha sido congruente con lo que se dice y hace. Nadie pone en duda que el trabajo presidencial en el país conlleva una influencia política, pero esta no es llevada a cabo de forma correcta por los representantes en Hidalgo; las alianzas no trajeron sorpresas, pero sí sorprendidos. _
Eduardo González