Que será cuestión de tiempo para que las trajineras lleguen a la presa de Valsequillo, ya que el gobernador Alejandro Armenta planteó convertir la zona donde se ubica la actual panga, en un espacio ecoturístico, similar al de Xochimilco con sus canales de agua. La construcción del puente Los Pilotes jubilará a la barcaza, que lejos de pasar su retiro en el abandono, será utilizada para dar recorridos a turistas deseosos de admirar los paisajes de los alrededores, con opción de ser un atractivo complementario al parque Africam Safari.
Que en el Congreso local suena fuerte la posibilidad de un periodo extraordinario antes de que arranque el segundo año legislativo; el fin es desahogar asuntos que no quieren dejar en la congeladora. Entre los temas están el posible nombramiento de un nuevo magistrado y la discusión de la llamada ley antidespojo, diseñada para cerrar el paso a redes de corrupción como el llamado Cártel del Despojo y que se encuentra aún en el tintero del Ejecutivo. Por lo pronto, los diputados ya preparan las cifras alegres del primer informe.
Que el ostracismo de la secretaria de Arte y Cultura, Alejandra Pacheco, no ha pasado desapercibido y podría estar en la lista de funcionarios que andan en la tablita. De momento se prevé que se le vayan encargando algunas chambitas para que logre repuntar su productividad, como la organización del concurso Puebla Canta y junto a la Secretaría de Deporte y Juventud, la realización de las Tardeadas por la Paz en parques y espacios públicos. Es posible que se trate de la ultima llamada, sobre todo porque la agenda de política publica en materia cultural, es ambiciosa.
Que en el Instituto Electoral del Estado ya preparan la carpeta para solicitar una ampliación presupuestal; el argumento es que el recurso actual no alcanza para cubrir los costos del proceso para registrar a los nuevos partidos políticos. Aunque el tema apenas comienza a discutirse en las oficinas del organismo, no falta quien recuerde que cada peso extra que se apruebe será observado con lupa, sobre todo en un año en que la confianza ciudadana hacia los árbitros electorales se encuentra en números rojos.
