Que la presidenta Claudia Sheinbaum estará hoy en Sinaloa, que es actualmente la entidad más violenta, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Aunque no solo eso: la mandataria visitará Culiacán, el escenario principal de la disputa entre Los Chapitos y La Mayiza, donde inaugurará salas de quirófanos y áreas de quemados del hospital pediátrico, una decisión que refleja la confianza en las labores de pacificación que llevan a cabo las fuerzas armadas y el titular de Seguridad, Omar García Harfuch.
Que, para no variar, las redes sociales y algunos espacios de información serios vendieron ayer una mentira como verdad, al asegurar que el Tribunal Electoral dio carpetazo a la investigación sobre los acordeones usados en la elección judicial. Nada más falso: lo que resolvió fue una de cientos de quejas, cuyos impulsores ofrecieron en este caso solo un link como prueba, lo que volvía imposible iniciar la indagatoria, de ahí que hasta la magistrada Janine Otálora votara a favor de desechar la denuncia, pero el tema sigue vivito y coleando.
Que la reunión del canciller Juan Ramón de la Fuente y su contraparte de Rusia, Serguéi Lavrov, tan criticada en estos días, ha venido a demostrar la importancia que tiene la diplomacia en medio de situaciones internacionales tan polarizadas. Y es que unos días después de este encuentro en la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, Brasil, el secretario de Estado de EU, Marco Rubio, hizo lo propio con el ruso en Malasia, mostrando la relevancia de tener cerca a los amigos, pero aún más cerca a los enemigos. ¿O no?
Que en oficinas de la Fiscalía General de la República, a cargo de Alejandro Gertz, están muy interesados en la audiencia que se llevará a cabo hoy en Chicago, en la que Ovidio Guzmán López se declarará culpable. Sin embargo, más allá de la comparecencia, el MP mexicano está interesado en que EU comparta la información que tiene y la que se generará en adelante para investigar a los servidores públicos que están relacionados con el cártel de Sinaloa y que siguen detrás de un escritorio.