Que las declaraciones del alcalde, de Torreón Jorge Zermeño Infante llaman la atención no por el tono, sino por el razonamiento. El edil criticó las medidas que municipios como Lamadrid optaron por implementar como el “toque de queda” para evitar la propagación del covid-19. Lo que sorprende es que el presidente municipal cuestionó que no se debe restringir el paso porque las dinámicas de trabajo se verían interrumpidas, pero el panista al parecer no está bien informado sobre la medida del municipio de la Región Centro. La determinación nada más aplica en el horario nocturno y no durante el día cuando podría verse más golpeada la dinámica económica. Entonces se trata sólo de restricciones en los horarios. El alcalde Lamadrid, confundió los términos.
Que, por otro lado, Zermeño Infante sigue sin predicar con el ejemplo en cuanto al uso de cubre bocas y cuando da entrevistas tras las actividades oficiales como el arranque oficial de trabajos en apoyo al covid-19 se lo quita o deja a un lado. Es difícil ser disciplinado, pero si los líderes no ponen el ejemplo, entonces ¿quién?
Que en las redes sociales muchos políticos mantienen su postura de aprovechar el tema del coronavirus para ganar adeptos. Es el caso del ex alcalde y diputado federal por Encuentro Social, José Ángel Pérez Hernández quien presumió que todos los legisladores de su partido decidieron optar por donar tres meses de su sueldo ante la contingencia sanitaria. Y se van a quedar cortos. Otro de los que aprovecha el foco de las redes sociales para promocionarse e incluso darle publicidad a los programas del gobierno federal es Luis Fernando Salazar.
Que el legislador federal ex panista y ahora morenista muy frecuente sube videos sobre lo que ofrece el Ejecutivo ante la contingencia y ofrece orientaciones, pero la ausencia de propuestas propias es evidente, salvo por el exhorto que hizo en marzo pasado para ampliar los servicios de internet contratados en los hogares durante la cuarentena y que poco benefician a las personas que viven al día. Perdón, pero la realidad en esos hogares es que se perdió el trabajo y ocupan despensas, no internet.