Que el deterioro de los espacios públicos no se ve de un día para otro, es resultado de la falta de mantenimiento y porque no se le invierten recursos para tenerlos en condiciones dignas y de funcionalidad.
Que el gobernador Miguel Riquelme Solís ayer en el evento del inicio de rehabilitación de los trabajos de la Unidad Deportiva, rememoró aquellos años cuando jugaba fútbol en espacios que eran de tierra y “terminaba como semita”. Ya como gobernante aportó dos canchas de pasto sintético y ayer se comprometió a apoyar con otras dos.
Que ya entrado en gastos dijo que en la misma situación de abandono se dejó a la Línea Verde, a la que se le está cambiando prácticamente todo. A La Jabonera también con su alberca olímpica que ambas han servido de manera importante como apoyo en las tareas de Prevención del Delito.
Que la siguiente acción será la rehabilitación del Bosque Urbano y sus alrededores para el disfrute de los ciudadanos, para continuar con el rumbo del aeropuerto federal y las entradas y salidas a Torreón, todo lo que representa dignificar la imagen de la ciudad.
Que, dada la grave escasez de agua que padece el Municipio, se considera positivo el reciente acuerdo de Cabildo para multar a quien desperdicie el agua potable. Y se establecen horarios para el riego de jardines. Por eso resulta incongruente que los mismos trabajadores municipales se pongan a regar en pleno mediodía los camellones de calzadas y bulevares. Eso es desperdiciar el vital líquido.
Que los proveedores locales de uniformes se quedaron esperando que el Municipio licitara la adquisición de vestimenta para los trabajadores sindicalizados, en los que se invirtieron 3 millones de pesos. Cada seis meses esta compra se licita, y no se puede hablar de una situación de urgencia pues se trata de un gasto programado y presupuestado. Solo falta esperar que por lo menos, los trabajadores queden satisfechos con la calidad de las prendas. Ya sería el colmo.
