Que llamó la atención la reunión que tuvo el gobernador Américo Villarreal Anaya con todo su gabinete en pleno sábado, algo que no es muy usual ver en fin de semana. El motivo del encuentro, se dijo, fue revisar con los secretarios avances de proyectos, pero probablemente también les pidió poner especial lupa en lo que firman, sobre todo, tratándose de áreas estratégicas.
Que si nunca se lograron poner de acuerdo para atraer fondos metropolitanos Tampico, Madero, Altamira, Pánuco y Pueblo Viejo, menos se llegará muy lejos integrando a Aldama, González y Tampico Alto; además, quizá no ayude mucho que algunos alcaldes del sur de Tamaulipas culpen a los municipios norveracruzanos de dispararles la percepción ciudadana de inseguridad.
Que el PRI de Tamaulipas acudió al encuentro de Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” con las 32 dirigencias estatales del partido para “evaluar avances” y “fortalecer estrategias”, la duda es si Bruno Díaz le dio un panorama real del tricolor en la entidad, pues batallan hasta para hacer bulto en las fotos de actividades oficiales.
Que la polémica por el fuero a la contralora y al jefe de la Oficina del Gobernador continúa, pues mientras diputados como Rosario González insisten no se justifica, Humberto Prieto dijo ayer en un video que el PAN no es capaz ni de googlear el nombre del funcionario, pues ni ahí le atinaron; asegura que “están desesperados porque nadie los quiere”, y pensar que de Acción Nacional salió él.
Que en un evento con un claro marco partidista, la diputada local Lucero Deosdady abrió sus oficinas legislativas, teniendo como invitados a la alcaldesa Mónica Villarreal, Magda Peraza, sus compañeros Úrsula Salazar, Adrián Cruz, Marcelo Abundis, la ex candidata Sabrina Morales, la presidenta estatal del partido Lupita Gómez y Rómulo Pérez, del Consejo Político guinda.
Que tras la partida de Ramiro Salazar, líder moral del PAN en Matamoros, sus ex compañeros de bancada en la Legislatura 96-98, lo recordaron con especial nostalgia, Doris Hernández, Lydia Madero, Angel Sierra, Enrique Navarro, Javier Gómez y Gustavo Cárdenas que entonces era panista; un grupo que enfrentó la ira del entonces gobernador Manuel Cavazos Lerma.