Que ciudadanos tamaulipecos y algunos empresarios pusieron en su cartita a Santa Claus como regalo para el 2025 tener a sus diputados federales con propuestas serias en beneficio del estado, pues en el primer periodo ordinario de sesiones quedaron a deber y mucho, sobre todo los morenistas por ser mayoría en San Lázaro.
Que pese a ser el bloque más grande, ni Olga Juliana Elizondo, Claudia Hernández, Blanca Narro, Casandra de los Santos, además de Mario López, Carlos Canturosas, Pepe Braña y Adrián Oseguera lograron algo significativo para sus respectivos distritos, sin olvidar lo dispersos en este arranque de legislatura, evidentemente desunidos.
Que si ya se mencionaba de un distanciamiento con César Verástegui y otros panistas, la alcaldesa de Xicoténcatl Mariela López dejó a un lado las vestimentas azules en sus actos. Tanto en una posada como en un torneo de basquetbol, la ex secretaria general del Comité Estatal usa solo atuendos en blanco y, con eso, levantó más dudas de su fidelidad.
Que según Manglio Murillo, viene una drástica depuración al padrón del PAN, donde piensan borrar a unos 3 mil “militantes” enlistados, pero ya echados a los brazos del morenismo o simplemente dejaron de respetar al partido que los cobijó y les dio ingresos cuando fueron gobierno. Actualmente hay quienes se dicen panistas, pero cobran en el gobierno estatal guinda.
Que por cierto, ya no se supo nada de José Julián Sacramento Garza, el ex senador que señaló al dirigente estatal del albiazul Luis René Cantú de presuntas irregularidades durante su desempeño en la presidencia del partido, buscando con ello rescatar las siglas del control político que ha ejercido el cabecismo desde por lo menos hace ocho años.
Que quien va a tener demasiada chamba en las próximas semanas es el director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, Juan José Rodríguez Alvarado, debido a los planes que tiene Donald Trump al llegar al gobierno de Estados Unidos, para lo que cada vez más falta poco.