Que sería interesante detallar los criterios de la Fiscalía estatal con los que se determina ofrecer recompensas por la localización de algunas personas desaparecidas, como fue el caso de ocho que publicaron ayer, con montos que van de 300 hasta 500 mil pesos. El asunto es que algo no cuadra porque, al menos en lo que va del año, el Registro Nacional de Personas Desparecidas documenta que en el Estado de México hay un total de ¡mil 363 personas sin ser localizadas!
Se argumenta que los pagos se ofrecen cuando claramente las personas en cuestión están en grave riesgo de haber sido víctimas de algún delito… ¿o será que hay otras presiones? Pues a ver. por cierto, no es la primera vez que la FGJEM ofrece recompensas, pero lamentablemente su página de internet al respecto no ha sido actualizada desde hace años, de hecho el último movimiento que se hizo fue en diciembre de 2023.
Que dejaron vestidos y alborotados a los del grupo parista de la Universidad Autónoma del Estado de México, quienes para la entrega de su pliego petitorio general habían citado en el zócalo a sus autoridades académicas y a prácticamente toda la administración pública estatal, pero nadie llegó.
Quizá no hayan comprendido que los poderes estatales se han mantenido al margen en respeto a la propia autonomía que la comunidad defiende, amén de no dar pretextos a algunos políticos que están esperando la oportunidad de jalar agua a su molino.
Que el hecho es que, tras casi 4 meses del inicio de movilizaciones, ya expusieron sus demandas en conjunto, y hay desde los planteamientos más sensatos hasta temas que suenan a capricho. Entre los primeros están diversos servicios y mejoras, además de la gratuidad, la cual ya les dejaron claro que será gradual; al parecer en puntos como este los jóvenes inconformes no se han dado cuenta de que ya ganaron.
Que luego del golpe a los criminales que representó el Operativo Liberación en el sur estatal, el Secretario General de Gobierno Horacio Duarte Olivares pidió paciencia, pues será gradual el descenso en los costos de productos básicos que los delincuentes tenían monopolizados a través de la extorsión a empresarios y productores.