Que la Secretaría de Seguridad Pública de Pachuca, que encabeza Juan Manuel Guarro, a 6 meses de la nueva administración municipal ya muestra avances palpables en sus direcciones, tanto Preventiva, Tránsito y de Prevención, destacando la disminución de incidencia delictiva en robo casa habitación, autos, transeúntes y negocios, lo anterior se realiza mediante un trabajo cercano con la ciudadanía y coordinado con Policía Estatal, además de que se ha ido recuperando la confianza de la gente que cada vez realiza más denuncias con datos certeros.
Que el ex presidente municipal de San Salvador y líder moral de la CNTE en Hidalgo, Armando Azpeitia Díaz, ya fue visto varias veces en el Congreso local, en donde al parecer anda buscando hacer cabildeo con legisladores de Morena para que le ayuden a resolver las observaciones de la Auditoría Superior del Estado respecto de su cuenta pública que dejó en 2023 y 2024. Dicen que ya es tal su desesperación, que ya incluso quiere pedirle asesoría a los diputados locales de Nueva Alianza, sin importar que sean del SNTE.
Que a la recién nombrada coordinadora de regidores y síndicos del PAN, Marlene Puertas, le andan cobrando sus cuotas partidistas. Y es que, dicen que es candil de la calle, oscuridad de su casa, ya que mientras exige cuentas claras al ayuntamiento de Mineral de la Reforma, ella no cumple con sus obligaciones financieras con su partido y como muestra se han dado a conocer varias conversaciones en donde le piden que rinda un informe de transparencia o que de plano deje el cargo partidista para que llegue alguien que no quiera solamente estar figurando.
Que tanto en Ciudad Sahagún como en Tepeapulco, las industrias están afectando seriamente la salud de la población, pues en un mismo día, en ambos extremos geográficos de la entidad, se presentaron accidentes que provocaron emisión de contaminantes tóxicos y en donde incluso se tuvo que limitar la actividad al aire libre. En el caso de Sahagún fue la acerera de Gerdau Corsa, que incluso causó alarma en zonas vecinas. Mientras que en Tula ya es común observar la nube tóxica de la refinería, pero ahora fue una de color amarillo.
