A final de cuentas procedió la solicitud del rector universitario Ricardo Villanueva, y a partir de hoy el CUAAD abrirá sus puertas para recibir en auto a miles de personas desesperadas por obtener su segunda dosis de vacuna en Guadalajara. Todo porque el caos continúa en los apenas cuatro centros autorizados, y donde funcionarios federales han procedido con una lentitud capaz de desesperar al Santo Job, lo que generó molestia en miles de ciudadanos que han tenido que esperar horas para ser vacunados. Quienes también están desesperados (molestos, podemos decir incluso) son funcionarios estatales de alto nivel, porque muchos tapatíos consideran que la culpa es del gobierno estatal. Por eso desde Palacio de Gobierno no se cansan de mandar señales de que a ellos no los culpen. A ver si mejora la cosa.
Tarde pero sin sueño, el consejero de la Judicatura Iván Novia Cruz, emitió ayer su postura sobre el video donde una persona lo imprecaba por presuntamente haber acudido a una reunión con los jueces que llevan el caso del litigio por la denuncia de empresarios que alegan la propiedad de terrenos en los que se conoce como Colomos III. Dijo que un funcionario, de nombre Arturo Díaz Maldonado, lo ha “amenazado, hostigado y acosado en diferentes lugares y de distintas maneras”, y que lo grabado en video es parte de esa campaña. Incluso, Novia Díaz dijo que una denuncia en contra del funcionario fue fallada de quien lo grabó la semana pasada.
El ambiente al interior de Fuerza por México en Jalisco no es bueno. Y es que se acumulan las renuncias de dirigentes, y hasta candidatos, quienes están en desacuerdo con el manejo del partido desde la capital del país. Aseguran que el dinero de las prerrogativas estatales terminaron en las oficinas centrales del partido, y que poco o nada regresa a territorio jalisciense, por lo que los aspirantes a diferentes cargos se tienen que rascar con sus uñas.
Quienes también están en problemas son los integrantes del partido gemelo Somos Jalisco, pues ambos grupos que se disputan el nombre y el control de ese partido local podrían estar viviendo su primera y última elección, pues, a como van, no tendrán los votos necesarios para mantener el registro. Y aquí viene la duda: ¿las deudas del partido (o los partidos) también se las repartirán?
