¿Qué tal Wagnermaníacos? Muy buenas tardes, aquí me encuentro mirando un reconocido programa de chismes, donde se crítica el medio artístico. Y, aunque no soy un chismoso, también tengo el derecho de criticar, de hablar, del mundo luchístico, porque mi legado me respalda. Ahora me viene a la mente el recuerdo de un gran compañero que por estos días cumple un mes de habernos dejado, Black Warrior. Triste la partida de un hombre tan joven.
La primera vez que me lo tope fue en Gómez Palacio, Durango. Lo miré en una lucha preliminar con ese gran dinamismo y con ese tipo afro, que siempre lo caracterizó. En ese entonces ambos teníamos como 16 años, fuimos contemporáneos y entrenamos en la Arena Olímpico Laguna, era o se decía que era allegado del Señor Blue Panther. También nos entrenó el papá de Andrade, quien era conocido como el Diamante.
Déjenme les digo que el crecimiento de Black Warrior fue tan bueno que en sus inicios llegó a la Arena México con el personaje de Black Panther. Desconozco qué problemas, qué temas administrativos crearon un choque entre él y Blue Panther, que terminó por quitarle el nombre de Black Panther.
No soy nadie para juzgar, pero sí les digo que el asunto de los derechos de los personajes siempre ha sido un gran problema, aun siendo familia.
Ahí surgió Black Warrior logrando una carrera deportiva llena de logros, de luz, de campeonatos. Desgraciadamente cuestiones de enfermedades se llevan a nuestros seres queridos a otro umbral, a otra dimensión. Lo recuerdo con mucho cariño. Fue un gran compañero. Representamos con orgullo a la región lagunera. También fuimos rivales y aplaudo su técnica.
Ahí se los dejo de tarea Wagnermaníacos. Como les digo, siempre podemos estar horas platicando de grandes recuerdos de la lucha libre, pero poco a poco.
Y recuerden, que en mi casa y con mi gente, se me respeta. Bien, Bien, Bien.
Dr. Wagner Jr
Twitter: @WagnerJrOficial