Estos últimos días no he dejado de recibir mensajes sobre mi columna anterior. Un promedio de seis a siete comentarios por hora han invadido mis redes sociales tras haber criticado las flagrantes violaciones a los derechos humanos cometidas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Bajo la vetusta bandera de combatir al terrorismo, Bukele ha ordenado la detención, encierro y humillación pública de miles de jóvenes acusados de ser miembros de las pandillas centroamericanas que existen en su país.
Este populismo punitivo no es novedoso. En México tuvo su mommentum durante la llamada guerra del narco declarada por Felipe Calderón, donde el entonces procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, ante el arranque de la racha incesante de homicidios que prevalece al día de hoy, llegó a declarar públicamente que entre mayor era el número de muertes, mayor era el éxito de la estrategia oficial de aquel entonces.
Lo que más sorprende de esta maniobra demagógica de Bukele es la forma truculenta en que ha decidido asumirla y difundirla, tratando de generar a partir de bots, un aparente consenso generalizado de aprobación a la ilegalidad y el uso despótico del poder para, supuestamente, resolver problemas graves como el de la inseguridad.
A manera de exorcizar un poco esta campaña de terror oficial desatada por el presidente salvadoreño contra los jóvenes de su país y de la otra campaña de comunicación que busca normalizar los tratos crueles inhumanos entre la sociedad, dejo aquí una curaduría de algunos de los mensajes, robotizados unos, humanos otros, que me han llegado durante esta sombría época:
Qué pena que publiques una noticia tan grande de manera de queja. Ya quisiéramos que en México se tomara esa decisión y solo así las cosas cambiarían. Felicito a Nayib Bukele por tomar las riendas y dejar en claro que quien la hace la paga.
Pues a lo mejor sí es un cretino pero está haciendo lo que muchos no pudieron, y por personas como tú y los organismos de derechos humanos que sólo sirven para defender delincuentes, es por lo que los criminales quedan impunes.
Los maras no tienen piedad. Yo admiro el tamaño de los huevos de Nayib Bukele.
¡Mi cretino favorito!
¡No mamen, Notivox y quien haya escrito esta basofia! ¡Esas no son personas, son animales por tanto crimen que cometieron a sangre fría!
Wey, que te valga madre lo que hacen allá.
No son personas sobajadas... son delincuentes sometidos.
A los “humanistas” no les importa la seguridad pública del ciudadano común, solo les interesa su propia ética y moral torcidas, egolatría con discurso.
Esas no son personas, son asesinos y pudredumbre. ¡Ah, pero a defender lo indefendible!
A ver, ¿cómo se debe de tratar a un delincuente? Se les debe de tratar como lo que son. Hay que recordar que a la cárcel se va a pagar una condena, no es un hotel 5 estrellas…Ya quisiéramos un presidente así en México.
¿Qué querías? ¿Darles abrazos? Solo circula de noche en las carreteras o autopistas de Salamanca para que los puedas saludar personalmente.
Si defiendes a un criminal o eres uno ellos o tus familiares se dedican a delinquir.
Yo creo que todos los que están ahí no es por error. Cuando mataron o robaron o golpearon, ¿dónde quedaron los derechos de las víctimas? Hablan así porque nunca han sentido la impotencia de que alguien te robe, te golpee y se vaya con tu vida.
¿Y cuando esas personas sobajadas, según usted, mataban, secuestraban, extorsionaban, violaban y golpeaban a ciudadanos indefensos, estaba bien su proceder? ¡A grandes males, grandes remedios! ¡Deje de criticar y aplauda lo que muchos no han podido hacer!
En El Salvador sí hubo un cambio, una verdadera transformación en la seguridad.
Si tanto te molesta que Bukele esté haciendo el trabajo de defender a la gente trabajadora de LOS DELINCUENTES… ¿Qué esperas para LLEVÁRTELOS A TU CASA, Diego Osorno?
En tu texto, CRETINAMENTE escribes “miles de jóvenes” ¡Cabrón! SON DELINCUENTES QUE DEBEN SER CASTIGADOS.
Ellos pueden matar, cobrar piso, violar, descuartizar personas, desaparecerlas, aterrorizar ciudades enteras, pero un poqui-
to de dureza y ya son mártires todos, unos santos caídos del cielo, no mam...
¿Un cretino? Porque proteger a los delincuentes lo está haciendo muy bien así debería de ser en México pero nuestro mal presiente prefiere abrazos y no balazos y ve cómo está la delincuencia, ¿o tienes otros datos?
Creando una bomba social, lo que es aún más grave es que Bukele tiene todos los rasgos de un dictador fascista.
¡Bravo! Que venga de Presidente a México.
¿Personas? Esos son solo animales con tatuajes... No merecen respeto ni dignidad, asquerosos asesinos.
De verdad no entiendo a los reporteros, políticos, sociedad civil, defensores de derechos humanos, etc. Se quejan del trato que le dan a delincuentes de varias de las pandillas más sanguinarias de América Latina y se han preguntado qué opinan los familiares de las víctimas.
Y si fuera el presidente de USA, Canadá o cualquier presidente del primer mundo sería todo un modelo de éxito en contra del crimen. Mis respetos para el presidente que tuvo los pantalones de ponerles un alto.
El cretino Diego, si a los maras en su casa les hubieran dado correctivos, estancia y 3, no andarían como pizarrón rayado, trabajarían y no serían malvados. El hubiera no existe: que se chinguen y entiendan, el que la hace la paga.
Lleve unos que convivan con su familia y sea feliz.
Cretino y todo, pero el índice delincuencial ha disminuido considerablemente. Castigo ejemplar a aquellos que no respetan derechos ni garantías, y los malvivientes esos no los respetan. A chingar a su madre, es más, hasta pena de muerte debe haber para estos tipos.
A grandes males, grandes remedios.Los puritanos aquí no caben...
Órale, no pues hay que enmarcarlos en cuadros de oro y darles todo.
Pues ese cretino ha hecho más que cualquier país de Centroamérica contra la delincuencia.
Diego Osorno, déjate de idioteces. Peores cosas merecen por todo el daño que han hecho. Bukele ya lo ha dicho públicamente: ¿no te gusta cómo los tratan? Llévate uno para tu casa.
Que Bukele gobierne todo América y nos dejamos de mamadas.
Nayib es un santo comparado con esa gente. Y es un santo comparado a lo que yo haría: ejecutarlos uno a uno públicamente.
Has de ser igual y tienes miedo que te detengan y te traten igual. Por mí así se deben tratar a los delincuentes, ah, y por cierto, ni tu columna.
Diego Enrique Osorno
