El lunes venidero es el Día de las Madres, me estoy adelantando a la fecha lo sé querido lector, pero de todas las celebraciones que tenemos esta es de las que más vale la pena comentar.
El tema de nuestra madre no es cualquier cosa, en nuestro México, si bien el día es el pretexto para la compra, debajo de eso vive una idiosincrasia muy profunda con respecto a la relación que llevamos con aquella que nos cargó en su vientre, y nos guste o no, en este país ella es la cabeza de la familia, es quien controla el hogar.
El hombre en general es considerado más como el proveedor, ya que la madre es quien juega el papel de doctora, maestra, terapeuta, consejera, es la que tiene todo listo, la que está al pendiente de que todo esté en su lugar, de que los hijos vayan a la escuela y de que hagan sus tareas, es la que une a la familia por generaciones completas.
Así que en este nuestro “matriarcado familiar”, mamá es el eje rector, es ese pegamento que hace que uno esté unido, ella es quien muestra esa cara que transmite entusiasmo para cumplir con los deberes, para mandar al hijo a la escuela, para apoyar a la pareja en el trabajo o para que ella misma vaya y trabaje cooperando con el ingreso de la casa y quizá mejor aún, siendo ella el sustento principal ya que es la cabeza de la familia; así que desde estas líneas venga el comentario de buscar reconocerlas más dentro de la sociedad de la cual forman parte.
Ser madre, no significa haber engendrado un hijo, es una labor que no todas pueden desempeñar, es aconsejar, guiar y apoyar, así que si la suya aún vive, cuídela, respétela y por favor aunque sea una llamada regálele, seguro a ella le encantará. _
David Aarón Cárdenas
