El miércoles de esta semana que termina lector mío, pintaba para ser de esos apocalípticos, desde días antes la UAEH estuvo amenazando con una mega marcha sobre el Felipe Ángeles, principal arteria que conecta el centro de la ciudad con la carretera hacia la Ciudad de México, para exigir bien sabe usted que les soltaran sus cuentas bancarias, intervenidas por la Federación; marcha que iría rumbo al famosos C5i Centro Estatal de Comando, Comunicaciones, Cómputo, Control, Coordinación e Inteligencia (así de largo el nombre), por cierto considerado como el mejor de toda América Latina por toda la tecnología que tiene.
La razón de la movilización era que para la inauguración de este recinto estaría el mismísimo Andrés Manuel López Obrador, ya ve que desde que tomo posesión como que le ha gustado mucho andar por estas tierras, y que mejor manera de expresarle a él y al gobernador Omar Fayad la gran inconformidad estudiantil por los modos en que se ha manejado este asunto de los dineros de la Universidad Estatal.
A la mera hora y ya que todos estábamos esperando que se armara el “mitote” y encontronazo entre la fuerza universitaria y las fuerzas del orden, Don Adolfo Pontigo dijo que siempre no, y que mejor se irían de Prepa 1 a Plaza Juárez, para no exponer a su comunidad a un accidente en carretera.
Las que saben dicen que la cosa se resolvió en la mesa y antes de que se armara algo feo allá por Zapotlán, y no era para menos, el presidente de la República estuvo ahí y le gustara o no al rector, su marcha hubiera estado invadiendo tramos carreteros de la nación, lo que implicaría el uso de la fuerza federal y hasta militar; repito, aquello pudo terminar mal, a final de cuentas el oficio político se impuso y el Grupo Universidad tuvo acceso a sus bancos.