La respuesta es esa: 13 periodistas asesinados durante el primer año de esta administración, estas son las estadísticas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el organismo que usted preside. Además es la cifra más alta desde 2016, el año más mortífero para quienes ejercemos esta profesión. Ese es un dato, de muchos que debería tener presentes antes de rendir protesta.
Apenas el pasado 30 de octubre, el Índice Global de la Impunidad del CPJ nombró de nuevo a México como uno de los peores países para ejercer el periodismo, pues los niveles de impunidad en cada caso de amenaza y asesinato empeoraron desde 2008.
Los días que siguieron a la desafortunda declaración que dio como ombudsperson de México tampoco han sido sencillos para Rosario Piedra; la mañana del jueves comenzó a circular una carta de renuncia que firmaron las ex consejeras del Consejo Consultivo María Ampudia González, Mariclaire Acosta Urquidi, Angélica Cuéllar Vázquez y María Olga Noriega Sáenz. Les siguió Alberto Athié.
En su mensaje emitido por todas las redes sociales, Piedra Ibarra aseguró que tendría una presidencia de “calle”, en la que estaría al lado de las víctimas de derechos humanos, entre cuya larga lista incluía, ahora sí, a periodistas.
Ya que existe esa voluntad, le dejó otros datos, generados por la Red Nacional de Periodistas; de acuerdo al monitoreo de agresiones realizado por la organización Comunicación e Información de la Mujer AC (Cimac), durante el actual gobierno federal, una mujer periodista ha sido agredida cada dos días en el país.
En total, Cimac tiene el registro de 128 agresiones en diferentes partes del país en el presente año. Los estados de la República con mayor número de agresiones son: Coahuila, Ciudad de México y Morelos. Ahí algunas pistas, para empezar.
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