Entramos a la mitad del año y a pesar de los tiempos de andancio la vida política del país no se detiene.
Mujeres y hombres en todo el país estarán compitiendo el próximo año por candidaturas a gobiernos estatales, diputaciones y alcaldías donde muchos se colocan como preferidos.
Y se colocan porque existe un mercado de encuestas chafas y sin método que ponen en primer lugar a quienes las pagan.
Sin embargo, las candidaturas deben recaer en quienes representen transformación y cambio y no continuidad y nepotismo.
Así vemos que la oposición desesperada al partido en el gobierno, entre ellos dialogan por construir alianzas sin ninguna afinidad política salvo seguir mamando del presupuesto; El mismo que despertó en muchos gobernadores del pasado el espíritu de bandoleros y amantes de lo ajeno. Gobernadores que se dedicaron a vaciar las arcas públicas con fines personales. Otros desde el extranjero de declaran culpables.
El próximo año se renovarán 15 gubernaturas. Las preferencias apuntan todas a MORENA salvo Querétaro.
De ahí la preocupación de la oposición de buscar acuerdos y alianzas para evitar derrotas estrepitosas. Hay estructuras que ya no responden y aquellos carros completos se mantienen desvielados.
A nivel local por poner un ejemplo en las últimas elecciones, Marina Vitela y Jorge Zermeño derrotaron a estructuras “pesadas” a pesar del dispendio de recursos y compra de votos.
La ciudadanía en general sigue asimilando la transformación y cambio de régimen donde la corrupción sigue estando en la agenda pública y en el ideario colectivo de romper con todo el pasado ignominioso de los bandidos de Atlacomulco.
Sin simulaciones y contra la estética acomodaticia de no romper con el statu quo de la clase política. Contra los privilegios y el cuidado de “castas”.
A muchos les cuesta entender que el cambio de jugadores no significaba el cambio de juego. Querían seguir con las mismas reglas y con los mismos vicios y con su mismo INE.
Situación inaceptable para quienes votaron un cambio profundo y significativo. Aquellos que extrañan el golf no se acostumbran al juego de pelota.
El próximo año ante miles de puestos de elección se antojan contiendas con jugadores competitivos, en sincronía con nuevos tiempos de escasez y austeridad.
La “nueva normalidad” debemos asumirla con el compromiso y con definiciones.
Y como diría AMLO: “Se está por la honestidad y por limpiar a México de corrupción o se le apuesta por qué se mantengan los privilegios de unos cuantos…” Tiempo de definiciones y de precandidaturas…