Ayer los cristianos celebramos la fiesta de la resurrección y tal parece que los “corona-tiempos” obligan a seguir en cuarentena a pesar de que la cuaresma ha terminado.
Un tiempo en el que todos hemos tenido la oportunidad para la reflexión prescrita.
Susana distancia y el quédate en casa buscan romper con el intruso no deseado que pareciera vino a poner orden. ¿Otra cuaresma más en casa?
Desde una perspectiva cristiana el cuerpo, alma y espíritu encuentran en estas fechas (pascua), el mejor momento para examinar la conciencia y abrazar a plenitud la enseñanza más profunda de Jesucristo:
“Amos los unos a los otros” en tiempos de crisis, desesperanza y desanimo. La pandemia paradójicamente vino a sacar lo mejor y lo más desdeñable como personas. Amores y odios.
Los mexicanos nos jactamos de reírnos y hacer chistes de todo: de las crisis, la muerte, mala fortuna, de las desgracias propias y ajenas y ahora hasta de la pandemia.
Ningún sector social queda ajeno de esto donde los “memes” sustituyen la mejor comunicación a través de las redes. No perdemos el sarcasmo y el humor.
El ingenio visto en las redes es anecdótico, crítico y acido. Nunca estuvimos tan polarizados.
El amaos los unos a los otros a muchos (en el lenguaje de Román Paladino), les vale madres y desafortunadamente la mezquindad de la oposición, raya en lo absurdo y estéril sin disimular sus odios y rencores.
Da lo mismo enfrentar a las autoridades de salud o del IMSS que golpear con intención política al partido en el poder (morena), con miras a las elecciones del próximo año.
Así de miserables y ruines para sacar raja política cuando es momento de estar unidos ante la crisis, ante la desesperanza de algunos de qué todo va a estar mal como así lo desean.
Pareciera que en el ambiente hay un “poltergeist” donde algunos periodistas renuentes al cambio (con rabietas disfrazadas de crítica), le apuestan al fracaso, caos y cataclismo.
Esperan que la suma de muertes aumente todos los días sin disimular si quiera, su necrofilia haciendo votos para que España o Italia vayan debajo de nosotros pareciera es la consigna.
A pesar de que no pueden construir un pensamiento positivo y alentador, ansían se asome la anarquía contra el gobierno para recuperar lo que han perdido con sus canonjías y sus negocios al amparo del poder.
Un poder con otra cara que no se basa en el monstruoso capitalismo sino en ayudar a los que menos tienen en tiempos virulentos, donde el amaos los unos a los otros debe ser sinónimo de pascua a pesar de los pesares.
Árbol de la esperanza, mantente firme.
@cuauhtemocarmona