Paradójicamente el agua en estos últimos meses en la Laguna ha sido un problema antagónico: sobra y falta el agua. Según se aprecia en “Disponibilidad de Acuíferos” elaborado por la CONAGUA en el 2015 se señala que nos hemos acabado el agua en la Comarca Lagunera o mejor dicho no la hemos cuidado como es debido. Contrario sensu en este último mes, ha sobrado el agua de lluvia la misma que ha colapsado a ciertos perímetros de la metrópoli torreonense.
El agua, el vital líquido para la vida ha generado en estos últimos meses grandes dolores de cabeza en la Laguna principalmente en Torreón. Las lluvias atípicas que se han venido presentando han colapsado un drenaje poco funcional en algunas áreas que requiere de intervención urgente y ordenada. En ese sentido bien apunta el alcalde Jorge Zermeño cuando dice: “A mí me interesa arreglar el problema de fondo y no darle la vuelta…vamos a resolver las problemáticas”.
Para quienes se han dedicado desde la critica a socavar sistemáticamente el desastre y colapso del drenaje en torreón, es un ejercicio ruin y miserable cuando hay una ausencia de diagnóstico y análisis profundo más allá de echar culpas o buscar responsables que no abonan a la solución del problema.
Las alabanzas de Adela Ayala a las sequias que domaron el desierto, enmudecerían ante el desastre de las lluvias que ponen de manifiesto un problema serio que padece Torreón respecto al vital liquido y el tratamiento del agua de lluvias en su último trayecto, el desagüe.
El saldo que presenta el drenaje como problemática ocasionado por las últimas lluvias debe ser el espacio donde autoridades federales, estatales y municipales pongan fin a un problema polivalente, pues no es solo del drenaje sino del tratamiento del agua y su cuidado, la protección civil y una mejor obra pública subterránea que abone a que no llueva sobre mojado…