Política

Enfermarse en el poder

  • Agora
  • Enfermarse en el poder
  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

Recientemente la operación a la que fue sometido el Presidente Peña Nieto ha suscitado un sin número de especulaciones en torno a su salud. Hay quienes en un afán de incapacitarlo analizan su apariencia y de manera temeraria le diagnostican mil enfermedades.

Sin embargo, sin evidencia todo será un tejido de especulaciones en torno al futurismo político que tanto disfrutan muchos mexicanos, y más, aquellos que acompañan su análisis en un jueves de caféEstoy convencido que entre política y medicina hay un tema enorme para la investigación científica en la vida de los jefes de Estado, de Gobierno y de todos aquellos que tienen la tarea de tomar decisiones que tienen consecuencias en la vida de la gente que gobiernan. Así entonces, las preocupaciones, el estrés, la fatiga, y en sí, las enfermedades de los políticos condicionan la salud de quien gobierna y porque no, de sus gobernados.

Dios nos libre de un mesiánico autoritario. En ese sentido, me viene a la mente un libro de lectura obligada sobre el tema: “En el poder y en la enfermedad” de David Owen (ex ministro de asuntos exteriores -entre muchos cargos políticos) y neurólogo de formación.

Define en dicho texto, diversas enfermedades que los políticos en el poder han desarrollado y que a muchos, los han llevado a la tumba. Ninguna profesión u actividad debería causarnos alteraciones dentro de un estado fisiológico normal, sin embargo hay que reconocer que muchos oficios, sobre todo aquellos que tienen contacto con minerales y gases la salud de los trabajadores, se ve afectada al largo plazo. La de los políticos, en muchos casos de igual forma.

La ciencia médica sin duda tiene una gran tarea para generar la evidencia si en el ejercicio del poder se contraen enfermedades a consecuencia de la gran responsabilidad de gobernar. ¿Y de las enfermedades de la mente en los políticos?, una respuesta muy difícil pues ya desde la Greciaclásica a los políticos que trataban a sus súbditos con prepotencia, insolencia y desprecio (una especia de megalomanía ) llamada “hybris” por los helénicos, fue objeto de estudio.

El síndrome de Hybris, según el británico David Owen surge cuando “el líder todopoderoso, el que lo sabe todo, no se rebaja a consultar con nadie ni a informarse, de ahí que comience a cometer errores”. Me viene a la mente Hugo Chavez sin ningún argumento extra, sólo el cáncer que desarrolló en el ejercicio del poder como el otro, que escucha su voz a través de pajaritos.

En México Carlos Abascal, Alonso Lujambio o Molinar Horcasitas por poner un ejemplo, reviven la tesis de que el poder puede enfermar siendo unos políticos aparentemente sanos y con vigor. Hago votos porque todos nuestros políticos, sobre todo aquellos que gobiernan gocen de salud para un mejor desempeño en la cosa pública.

La política es importante cuando se tiene por vocación servir, pero más importante es retirarse a tiempo antes de que sea demasiado tarde. Salud y bienestar a todos!.


[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.