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Tercera vía

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  • Carlos A. Sepúlveda Valle

Anthony Giddens, el intelectual de más influencia en el gobierno laborista que presidía Tony Blair publicó en 1998 el libro La tercera vía. La renovación de la socialdemocracia, obra en la que aborda cuestiones como el socialismo y su posteridad, la perspectiva neoliberal, el destino de la socialdemocracia, la importancia de la sociedad civil, la sociedad de bienestar, y el papel de la socialdemocracia en un mundo cosmopolita y un orden global emergente.

Este sociólogo británico pretendía ofrecer una alternativa diferente respecto de las opciones de socialismo y economía de mercado a ultranza después del colapso del socialismo soviético y de la rígida aplicación de la política monetarista y neoliberal de los gobiernos de Reagan y Thatcher.

La idea del libro surgió cuando Tony Blair habló en Washington de su aspiración a crear un consenso internacional en el centro izquierda para el siglo XXI que tuviera un nuevo enfoque que desarrollaría un marco político para responder a las transformaciones en el orden mundial.

Giddens partía de la base de que las ideas políticas parecían haber perdido su capacidad para estimular y los líderes políticos su capacidad para dirigir, que el debate público estaba dominado por preocupaciones acerca de los criterios morales en declive, las divisiones crecientes entre ricos y pobres, y las tensiones del Estado de bienestar.

Afirmaba que los únicos grupos que parecen resueltamente optimistas son los que tienen fe en que la tecnología resuelva nuestros problemas, pero reconocía que el cambio tecnológico tenía consecuencias ambivalentes y que en cualquier caso la tecnología no podía constituir el fundamento de un programa político efectivo.

A veinte años de distancia de que Lord Giddens (ahora miembro de la Cámara alta) preconizara su teoría de la tercera vía, la realidad es muy diferente, en una entrevista que publicó el periódico La Vanguardia, el antiguo director de la London School reconoce que los cambios y las tensiones en las democracias liberales en nuestros días son consecuencia de la ruptura de los anteriores sistemas de partido, del vaciado del centro político, del auge de nuevos partidos “insurgentes” y del declive de la socialdemocracia.

Señala que ahora hay versiones de populismo de izquierda y de derecha; que la crisis financiera mundial y sus consecuencias son la base de algunos de los cambios políticos de esta última década; que en muchos países los salarios reales se han estancado y en muchos las desigualdades se han vuelto más extremas.

El cambio más relevante es la aceleración de la revolución digital que ha traído inestabilidad económica y ha alterado la política. La revolución digital ha transformado la política en todos los niveles y está directamente ligada al auge del populismo y a la parcial disolución del centro. Giddens es enfático al aseverar que la revolución digital lo está transformando casi todo.

Otros problemas globales que enuncia, los países industrializados encaran enormes problemas estructurales debido al envejecimiento de la población, los sistemas de salud y bienestar enfrentan crecientes tensiones, y aun cuando no van a desaparecer tienen que adaptarse a la era actual, además esos países son tremendamente dependientes de las inmigraciones.

La socialdemocracia, sostiene Giddens, encara una crisis profunda porque su principal agente histórico, la clase obrera fabril se ha reducido dramáticamente al tiempo que algunos de sus miembros han abrazado la derecha radical, sobre todo por el tema de los migrantes.

Otro aspecto de relevancia en la crisis actual son los efectos que tiene en varios países la oleada antiinmigración, crisis liderada por los populistas, y si bien reconoce que puede ayudar a disminuir algunas partes de estas tensiones estructurales, inevitablemente acentuará otras, de ahí que gestionar las migraciones, junto al multiculturalismo, son las únicas vías para afrontar este dilema.

Lo más sorprendente de esta entrevista es la afirmación de que “la era de la Tercera Vía se ha acabado”, cuesta trabajo aceptar el fracaso de esas tesis que en su momento fueron el programa de gobierno de Blair en la Gran Bretaña de fines del siglo pasado, y que en otros países se intentó emular de una manera u otra.

Algunos de los principios básicos orientadores de esa política denominada “tercera vía” sustentaban una reforma del Estado y del gobierno, la asociación del gobierno con la sociedad civil para fomentar el desarrollo de la comunidad, una nueva economía mixta, un centro político radical, la igualdad como inclusión, el bienestar positivo, el Estado social inversor y una nación y una democracia cosmopolita.

Es difícil entender que esas ideas, las más esperanzadoras de las dos últimas décadas, no sean útiles en la realidad actual, y es encomiable que sea su autor quien reconozca que sus tesis ya no tienen vigencia.

Seguramente muy pronto surgirán nuevos gurús que ofrezcan soluciones a los muchos problemas que padece el mundo.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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