Una semana antes de la elección me encontré por casualidad con un par de restauranteros de la colonia Condesa, restauranteros que son socios de más de un establecimiento.
Juntamos las mesas.
En unos cuantos minutos me contaron 20 historias de corrupción entre autoridades y ellos mismos. Las cuotas mensuales ordinarias para los inspectores, las extraordinarias, las cuotas enormes para abrir un nuevo lugar.
Me contaron una técnica que yo, alejado de los asuntos empresariales, desconocía: uno va a la delegación o al GDF a hacer un trámite y ahí mismo le “recomiendan” a un abogado para que todo salga rápido. Ese “abogado” es quien pide al empresario unas decenas de miles de pesos para “arreglar” el asunto. Ese abogado, por supuesto, lo arregla todo después del pago. Ese abogado, por supuesto, no es abogado; pero es el mismo que gestiona todo, que todo lo puede, todo lo arregla; un uso de suelo, un permiso de construcción, una licencia de funcionamiento.
—¿Por quién van a votar? —Pregunté.
—Por el PRD —respondieron sin dudar.
—¿Por qué? No entiendo.
—Porque costó mucho arreglarnos con éstos —me dijeron—, meses; en algunos casos, años. Estos fueron feroces. De una vulgaridad que no habíamos visto, todos piden, estos exigen. Así que ya. Estamos en paz, pagamos nuestra cuota y ya está. ¿O qué —me preguntaron—, crees que otros serán diferentes? Una nueva negociación es demasiado agotadora y cara.
En la Condesa perdió el PRD, así que mis amigos restauranteros tendrán que entenderse con quien llegue, y tienen poca esperanza de que los nuevos no exijan un nuevo arreglo.
Este fin de semana, el GDF arrancó un operativo especial para detener la oleada de crimen que azota esa zona. No son un accidente los asesinatos, los robos, el cobro de derecho de piso, son resultado de años de impunidad, transa, y el abuso de los comerciantes de parte de las autoridades delegacionales y del GDF. El crecimiento del eje Condesa-Roma fue visto como una mina de oro para la izquierda que nos gobierna.
Ahora policías armados recorrerán sus calles y parques, aunque las autoridades del GDF dijeron que “no han recibido ni una denuncia de extorsión”.
En serio, eso dijeron.
El chiste se cuenta solo. Y nadie se ríe.
Twitter: @puigcarlos