La autodestrucción por parte de la PGR de su caso Iguala comenzó al día siguiente de la presentación del primer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Una multitud de voces gubernamentales comenzó a dar diferentes respuestas en diferentes medios. Fue el titular de la Seido el primero que habló de que podía ser que no todos los normalistas hubieran sido asesinados e incinerados en el basurero de Cocula; horas después Tomás Zerón decía que sí, que todos habían estado ahí; Roberto Campa decía que cualquier cosa era imposible.
Después fue el mismo Murillo Karam quien dijo que él nunca dijo que ahí habían muerto los 43 y que tal vez solo una veintena y, como relaté ayer, ahora el subprocurador informa que los han buscado en estados como Puebla y el Estado de México.
El problema es que nada de eso dice el expediente. Los procesos en curso hoy en relación a los procesados que tienen que ver con el asesinato y el basurero —hay otros que están procesados solo por la desaparición— solo tienen una versión, la de la "verdad histórica" de Murillo, y es con relación a los 43 jóvenes.
Si la justicia fuera expedita en el país, algunos de ellos podrían entrar muy pronto a la fase de sentencia. Digamos que un juez los encuentra culpables de asesinar y quemar a 43. ¿Y si mañana encuentra 10 cuerpos a las faldas del Popocatépetl?
Ayer aquí me preguntaba, con base en esta nueva idea del gobierno de buscarlos fuera de Cocula, qué hacer con las confesiones de quienes dicen que ahí los mataron.
Habría que preguntarse qué van a hacer con los dictámenes químicos, balísticos, fotográficos, análisis de rocas, piedras, restos de caucho y alambres que Murillo y Zerón, es decir, la PGR, presentaron como irrefutables el 27 de enero de este año.
¿O toda esa búsqueda y lo de los nuevos indicios es solo para dar atole con el dedo a los padres y al grupo de expertos? ¿Cuándo será que esos nuevos indicios modificarán el actual expediente? ¿O están apostando al desgaste, al olvido?
Cualquiera que sea la respuesta me parece que destruir con declaraciones su propia versión es jugar con fuego.
¿Qué pasará si en seis meses esta nueva PGR nos dice que Murillo tenía razón y que pues sí, era esa la verdad histórica?
Twitter: @puigcarlos