Las acciones de la autoridad para atender la proliferación de los riesgosos vehículos ligeros popularmente conocidos como “mototaxis”, han caminado tan lentas como las mismas unidades “de transporte”.
Buena parte del crecimiento de la demanda para que aumente este parque vehicular tiene que ver con el explosivo crecimiento de “monstruosos” fraccionamientos de 10 y 15 mil viviendas y la incapacidad para brindarles el servicio público de movilidad.
No es extraño que los casos de Santa Fe y Chulavista, en Tlajomulco, hayan sido los detonantes de los llamados mototaxis ya que en unos cuantos años con unas 35 mil pequeñas viviendas, sumaron de golpe más de 100 mil habitantes al municipio lo que propició la aparición de estas motocicletas de tres ruedas habilitadas como transporte público.
Al principio, fue la solución para los atribulados vecinos que tenían que emplearlos para ir de un coto a otro, a la escuela, al super y hasta para salir de los gigantescos fraccionamientos que desafiaban cualquier lógica.
Las primeras decenas de mototaxis aparecieron en el 2006 y en el 2007 se hizo un intento por regularizarlos pero fue rechazado por los sindicatos que aglutinan a los taxistas tradicionales. En el 2012 la entonces Secretaría de Vialidad y Transporte otorgó unos 250 permisos para que estos vehículos brindaran el servicio en los citados fraccionamientos Santa Fe y Chulavista.
Pero los mototaxis desbordaron Chulavista y Santa Fe y se esparcieron por numerosas colonias de la periferia en la Zona Metropolitana de Guadalajara y hoy se estima que en la metrópoli podrían operar al menos unos cinco mil vehículos.
Aunque no hay censos confiables ni datos oficiales, en promedio se calcula que un operador de mototaxi traslada a 60 personas cada día y que a un promedio de 10 pesos, estaría obteniendo conservadoramente 600 pesos. Es decir, las 5 mil unidades obtendrían tres millones de pesos al día o mil 095 millones de pesos al año.
En el 2013, el entonces Tribunal Administrativo del Estado, otorgó una suspensión para que 300 unidades prestaran el servicio. En ese mismo año surgió la nueva Ley de Movilidad que incluía la figura de “cuencas de servicio” para sustituir los mototaxis por vehículos ligeros de cuatro ruedas con capacidad para ocho personas y camionetas Van para 20 pasajeros.
No obstante, todo quedó en el papel y la Secretaría de Transporte promete ahora sí intervenir y poner en práctica lo que en teoría ya debería estar reglamentado.
El problema de los mototaxis está en todo el país. En el Estado de México y en la capital del país, pretendieron sacar de circulación a unos 10 mil vehículos, pero fueron vencidos por los intereses en torno a este negocio y ahora operan bicitaxis, mototaxis y golfitaxis (carritos de golf adaptados para dar también el servicio de traslado de pasajeros).
Una compañía con sede en Mérida, Yucatán, fabrica dos modelos de “mototaxis”, uno eléctrico con valor de 60 mil pesos y uno de gasolina en 56 mil pesos.
En Zapopan es posible conseguir también estas unidades importadas de Italia y La India, por poco más de 60 mil pesos.
Y de la proliferación de motocicletas en Jalisco que se acerca a niveles alarmantes como ocurre en Colombia, hablaremos en una futura entrega.
(Lo invito a que me lea, escuche y vea en www.paraleloveinte.com).
Carlos Martínez