Cultura

JUBILADOS

Hay algo en el aire que me pone el corazón arrugado y el ojito Remy.

Se nos están yendo los genios, nos estamos quedando cortos de talento, al menos de ese que permaneció por décadas.

La semana anterior se dio a conocer que Elton John colgaría los sacos de lentejuelas, dejaría el piano cerrado y pararía de cantar.

Y hace unos días se dio la noticia de que Paul Simon haría lo propio, dejando en una especie de orfandad a quienes le escucharon por años.

El asunto me preocupa, pues una cosa es asumir que los grandes dinosaurios se estaban haciendo viejos, como cualquiera, y que no importa cuántos años pasaran, siempre estarían ahí.

Y otra tener la certeza de que no volverá a saberse de ellos, al menos no como antes.

Y lo que es peor, me acongoja saber que no solamente los veteranos se nos están yendo (algunos de mineros, como Leonard Cohen o David Bowie), sino que no hay visos de que aparezcan otros en su lugar.

Tal vez esa ausencia explique la aparición por tercera vez de Justin Timberlake en el medio tiempo del Super Bowl LII.

Ante la escasez de grandes figuras es preciso recurrir a los sospechosos comunes que garanticen por lo menos que se haga ruido.

Y como los hacedores de mainstream apuestan al Alzheimer colectivo, lo lógico es que no se tenga presente el pasado.

Por eso a nadie le hizo ruido que fuera el propio Justin el que años atrás dejara al descubierto uno de los senos de Janet Jackson, en una lamentable acción cuidadosamente descuidada.

Atrás van quedando Billy Joel, Phil Collins, Eric Clapton, los propios Paul Simon y Elton John, y otros tantos de grueso calibre.

Como los Rolling Stones y Aerosmith, por poner unos cuantos ejemplos que hoy día van dejando de saber rentables, al menos para efectos de mantener entretenida a la audiencia con el bombazo de su noticia.

Aunque puede ser que al saberse en peligro de extinción se cotizan y no salen de casa muy seguido que digamos.

Será el sereno, pero nadie puede negar que los grandes se nos estén yendo de las manos.

Lo peor no es que se estén yendo, sino que nadie parece estar interesado en tomar la estafeta.

Y esto afecta a los medios tiempos del súper domingo, a la memoria colectiva (hoy secuestrada a ritmo de reggaetón) y a quienes, en la lógica de los milenials y generaciones posteriores, acusan una laguna insalvable en la idea de que todo aquello que ocurrió antes de que llegaran al mundo es prehistoria o, en el peor de los casos, ficción.


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Carlos Gutiérrez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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